El panorama, desde luego, no es nada sencillo de despejar, por mucho que el presidente y sus socios pidan tiempo muerto por todas partes para ver si el paso inexorable de los días les evita tener que tomar decisiones por sí solos. El aplazamiento del pleno del estado de la Nacionalidad fue una argucia que ya recibe críticas a diestro y siniestro, pero poco margen de maniobra les queda a partir de estos momentos. No nos imaginamos, por ejemplo, a Australia Navarro negociando en Madrid con el nuevo ministro del Interior el informe favorable para los casinos o a Luis Soria pidiendo que no le toquen al presidente de Unelco-Endesa, que lo necesita para lo del gas. ATI, mientras, pone freno como puede a la ruptura porque cree que están en juego sus Ayuntamientos de La Laguna,. Los Realejos, Puerto de la Cruz y Arona, donde gobierna apoyada por el PP. Y ya se sabe que ATI por un ayuntamiento mata un burro a pellizcones.