Ha valido la pena esperar diecisiete meses para conocer todos y cada uno de los pasos que ha dado la fiscal anticorrupción de Santa Cruz de Tenerife para concluir que debía querellarse contra el alcalde de la capital tinerfeña, Miguel Zerolo; el concejal de Urbanismo, Manuel Parejo, y nueve personas más, entre ellas los ex portavoces del PSOE, Emilio Fresco, y del PP, José Emilio García Gómez. Entre otras cosas, este largo tiempo, que casi triplica el plazo normal otorgado a cada fiscal para una investigación, nos ha descubierto a una fiscal minuciosa, estudiosa de los expedientes y con una visión muy crítica de las actuaciones de los servidores públicos, incluyendo en este grupo a políticos y a funcionarios. Si alguna vez dudamos de que la fiscal María Farnés pudiera tener la intención de pasar de puntillas sobre el asunto de Las Teresitas, tras la lectura de los 63 folios de los que consta la querella, tenemos que desdecirnos por completo.