Las detenciones de este jueves no han sorprendido en exceso al personal, conocedor de que Pacuco Guedes se conducía de un modo muy peculiar por la vida pública tirajanera. Otras detenciones sí han sido llamativas, como la de Alejandro Navarro, de Mazzoti, que aparece de nuevo presuntamente aflojando la mosca para conseguir obras públicas. Pero nosotros nos hemos detenido en la figura del secretario accidental, Antonio Muñiz, al que se la adjudica un presunto delito de cohecho, es decir, aceptar sobornos vaya usted a saber a cambio de qué. Muñiz puede ser considerado un auténtico cafre de la función pública, y sus primeras hazañas las tenemos localizadas en su municipio natal, Agüimes.