Al Granca le va la presión

Eulis Báez durante el encuentro entre el Herbalife Gran Canaria y el Montakit Fuenlabrada.

Iván Alejandro Hernández

Las Palmas de Gran Canaria —

El Herbalife Gran Canaria ya puede decir que está en cuartos de final de la Eurocup, pero para nada ha sido fácil. Al igual que ocurrió en la ACB, donde encajaron un 0-4, en la competición europea se pusieron 0-2 y han tenido que jugársela en casa ante el Fuenlabrada en una 'final' para conseguir clasificarse.

Por 100 a 76 ganó el conjunto claretiano, un resultado que ilustra la gran segunda mitad de los de Casimiro, que llegaron al descanso con un empate 47-47 tras un duelo intenso y emocionante.

Sasu Salin puso en pie varias veces al Gran Canaria Arena gracias a sus 19 puntos (5/9 en triples), pero fue Royce O´Neale el que sumó 34 de valoración con una actuación espectacular (19 puntos, 7 rebotes, 6 asistencias y 2 robos).

Bo McCalebb golpeó primero. Con cinco puntos marcó el gran inicio de los claretianos, que entre el base norteamericano y Salin llegaban a ponerse 13-3, lo que provocó el primer tiempo muerto del Fuenlabrada, que sólo podían anotar desde la personal.

El respiro frenó a los amarillos y dio impulso a los madrileños, que con un parcial de 0 a 7 consiguieron llegar a ponerse a -3. Cuando más se acercaron, la segunda fila del Granca ponía más tierra de por medio. Rápidas jugadas, que culminaban con Aguilar aplastando una asistencia de Kuric para poner +12. Pero esta vez la respuesta llegó rápido con un triple de Rupnik.

Tras los primeros diez minutos el Fuenlabrada cambió totalmente el encuentro, llegando a ponerse por delante por primera vez 34-36, gracias al acierto desde el exterior de Paunic y Rupnik y a la batalla en la pintura, que Hettsheimeir ganaba con facilidad a Hollins. 

Los visitantes, con Hakanson a cuchillo, anotaban con facilidad ante una defensa muy blanda. Pero cuando peor pintaban las cosas apareció Salin. El finés metió ocho puntos en menos de dos minutos con dos triples casi consecutivos. Al tercer intento desde el exterior falló y en una rápida transición Smits ponía el empate a 42 en el 18' de encuentro. 

Al descanso el empate perduraría (47-47) gracias a un triple de Paunic y a la capacidad reboteadora de un equipo que consiguió 16 en la primera mitad, por los diez de los locales. 

El devenir del encuentro tendría su punto de inflexión tras una personal fallada de Báez. Pasecniks cazaba el rebote y asistía a O´Neale para poner un 54 a 49. A partir de ese momento, la defensa local se creció hasta ser un muro infranqueable para los visitantes, que veían el parcial aumentar 12-0 hasta que Popovic frenaba la avalancha amarilla desde el exterior. 

Sería un espejismo porque los claretianos, con una bandeja de Paulí tras robo, ponía a los suyos 15 por encima del Fuenlabrada a tres minutos de llegar al último cuarto, que no sabía de donde le venían los golpes. 

En el 28', tras anotar desde la personal, el conjunto claretiano sumaba otro triple de la mano de Kuric para poner el 72 a 52 y romper el partido, a pesar de los esfuerzos visitantes por recortar distancias. 

El Herbalife conseguía un parcial en el tercer cuarto de 27 a 14 gracias sobre todo a que consiguió más rebotes en diez minutos (14) que en toda la primera mitad (10) y a su capacidad para robar balones (6). 

Con un 74 a 61 los claretianos dejaban encarrilado el pase para los cuartos de final de la Eurocup. Al comienzo, la intensidad de los foráneos devolvió algo de emoción al choque y un triple de Smits puso un 76-69 con más de ocho minutos por jugarse.

Con todo, la réplica desde la línea de tres puntos de O'Neale proporcionó un respiro momentáneo al Granca (79-69), que disfrutó de 13 puntos de renta con dos canastas consecutivas de Hendrix a falta de menos de siete minutos.

O'Neale, inspirado en ataque, colocó a los de Casimiro con 88-72, con lo que el Gran Canaria vislumbró la posibilidad de clasificarse para los cuartos de final y, aún más, cuando Aguilar establecó el 92-74 a falta de cuatro minutos.

Dos nuevos puntos de O'Neale, tras una falta antideportiva de Paco Cruz, situaron virtualmente al Herbalife entre los ocho mejores equipo de la competición (96-76).

El Gran Canaria Arena fue entonces una auténtica fiesta, con la afición aplaudiendo y jaleando en pie a sus jugadores, que llegaban a la centena con una canasta de su capitán, Eulis Báez.

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