Una UD penosa y lamentable recibe una manita del Celta de Vigo

Los jugadores del Celta de Vigo, celebran el gol marcado ante Las Palmas, durante el partido de la octava jornada de Liga que disputan en el estadio de Gran Canaria. EFE/Elvira Urquijo A.

Canarias Ahora Deportes/Efe

Las Palmas de Gran Canaria —

Pena y verguenza. La imagen de la UD Las Palmas en el césped de un Estadio de Gran Canaria medio vacío, con 15.799 espectadores, tras el parón de liga de quince días y el estreno de Pako Ayestarán en la isla fue lamentable: 2 a 5 ha perdido frente al Celta de Vigo, que desde el minuto 52' jugó con 10 futbolistas tras ser expulsado el portero Rubén Blanco.

Emre Mor (minuto 16'), Iago Aspas (20', 49' y 76') y Pablo Hernández (71') por los visitantes y Vitolo (90') y Rémy (93') para los locales fueron los autores de los tantos en un partido horroroso de los amarillos.

El equipo vigués sacó provecho de la enorme fragilidad defensiva local para anotar dos goles casi consecutivos en la primera parte, conservar esa ventaja hasta el descanso gracias a las buenas intervenciones de Blanco, y certificar la victoria en el segundo periodo con dos tantos más pese a la inferioridad numérica.

Las Palmas comenzó mejor el partido y tuvo ocasiones en balones aéreos que casi siempre ganó a la defensa celeste. Curiosamente, los de Ayestarán apenas exigieron a Wass, improvisado lateral derecho por las bajas.

El danés, además, fue protagonista en el primer tanto celeste con un gran pase al interior del área para Emre Mor, donde el turco aprovechó un vacío para marcar de ajustado zurdazo raso.

Acusó el golpe la Unión Deportiva, quizá en demasía, y solo cuatro minutos más tarde, Aspas volvió a percutir por el lado débil de la defensa isleña y lo que parecía un centro al área chica acabó con el balón en la red tras dar en el pie izquierdo de Chichizola.

La cómoda ventaja, con el precedente aún mayor de la campaña anterior que no fue suficiente para los gallegos (3-3 final), la gestionó con algo de azar el conjunto de Unzué, que se echó atrás, permitió maniobrar en exceso a su rival y se encomendó a la habilidad y velocidad de Sisto y Aspas arriba.

Así, Las Palmas merodeó con mucha frecuencia el gol, más incluso que su adversario, y si no lo consiguió fue gracias a Rubén Blanco, con acertados rechaces ante David García, Jonathan Viera, Momo y una gran tapada a ras de hierba ante Calleri.

Salió el francés Rémy para intentar provocar en Las Palmas el efecto contagio de su potencia, pero Aspas avisó al minuto de la segunda parte de lo que luego sería su segundo gol. El de Moaña aprovechó un envío de Jozabed para definir ante Chichizola.

Sin embargo, una torpeza de Sisto al enviar el balón hacia atrás provocó la salida de Rubén Blanco ante Calleri, y el árbitro expulsó al portero al entender que derribó al delantero argentino muy lejos del área.

Con un guión similar al de octubre del año pasado (0-3 y un jugador menos sobre el campo), el Celta contuvo los ataques de una Unión Deportiva que arriesgó ya con todo su arsenal, con la entrada de Vitolo, y cerrando atrás con tres defensas, pero ni por acumulación de atacantes logró acabar con su divorcio con el gol.

Los cambios provocaron tal desbarajuste que incluso con un futbolista menos, el Celta se permitió llegar al área con más efectivos para anotar dos goles más, el cuarto en un remate franco de Pablo Hernández, y el quinto en otra brillante acción de Aspas como delantero centro, la noche en que faltaba Maxi Gómez.

Los postreros goles de Vitolo y Rémy en acciones individuales solo sirvieron para enmascarar un duro castigo para el equipo en el que se estrenaba en casa el técnico vasco Pako Ayestarán.

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