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Antonio Martinón, Olga Alegre y Juan Capafons exponen las claves de sus candidaturas al rectorado de la ULL

Juan Capafons (i) Olga Alegre y Antonio Martinón.

Tenerife Ahora

La Laguna —

El Paraninfo de la Universidad de La Laguna fue el escenario elegido este, miércoles 8 de abril, para la presentación de las tres candidaturas que concurren a las elecciones la Rectorado de la institución docente el próximo 29 de abril. La sesión, emitida en directo por Internet, fue seguida por numeroso público de la comunidad universitaria, interesado en conocer los programas y los equipos de cada uno de ellos.

Los tres candidatos defendieron la importancia de la universidad pública, al tiempo que aspiraron a un modelo de financiación estable para la institución académica, si bien cada uno de ellos hizo hincapié en determinados aspectos de su programa y de su propia visión acerca de esta casa de estudios.

El primero en intervenir en la sesión, tras la celebración de un sorteo, fue el todavía vicedecano de la Sección de Matemáticas de la Facultad de Ciencias, Antonio Martinón Cejas, que lo hizo definiendo la misión de la universidad, y destacó la formación integral de los ciudadanos, la potenciación de la cultura, la cooperación internacional y la transferencia del conocimiento. “La universidad es el escenario del debate libre, debe ser impulsora del debate cultural y del pensamiento crítico; esa es nuestra esencia”, sostuvo.

“Puedo contribuir a poner en marcha una nueva etapa en la que desaparezca del desánimo. Para ello cuento con el apoyo de universitarios de todo tipo y de claustrales de diferentes ideas. La ULL es hoy obra de muchos y expreso mi gratitud a todos los rectores que han dirigido nuestra universidad”, apuntó Martinón.

Alternativa para un nuevo tiempo es el lema de su candidatura, explicó. También adelantó su defensa de las políticas de igualdad en todos los ámbitos y detalló algunos aspectos de su programa. Enfatizó su compromiso con la universidad pública, la única que garantiza el acceso por igual a los estudios superiores, aclaró. “La ULL debe estar a la altura de los retos que plantea la sociedad y para ello necesitamos una visión estratégica a medio plazo. El programa que presentamos no es la suma de intereses diversos sino una visión global de nuestro proyecto”.

Para Martinón, es necesario responder a los nuevos tiempos con democracia y con innovación, “huyamos de la inmovilidad”, repuso. También defendió un “compromiso intenso” con la sociedad de las islas, para lo cual apostó por titulaciones orientadas a las necesidades del entorno sin contradecir la propia visión universal de la universidad, y apoyó sin fisuras la internacionalización de la institución.

“Hemos de plantear un nuevo marco financiero y unas relaciones respetuosas con las instituciones de las islas”. También sostuvo su impulso por la claridad y la transparencia de la universidad, en la que el diálogo sea el principal instrumento. “Esto no es un cuartel, no vale el aquí mando yo”.

Antonio Martinón se mostró partidario de revisar la fusión de centros y departamentos en los casos que sea necesario y esté plenamente justificado, al tiempo que abogó por afrontar la definitiva reforma estatutaria. Hizo referencia a la importancia del mantenimiento del empleo público, en la idea de continuar con la política de estabilidad y promoción.

“Debemos desterrar la estéril confrontación entre los profesores que destacan en investigación y los que investigan menos. Tan importante es la docencia como la investigación; lo que es necesario es armonizar ambas tareas”, afirmó en el transcurso de su intervención.

En cuanto a la docencia universitaria, propuso dobles titulaciones, revisión del catálogo de másteres, con la fusión de algunos y creación de otros nuevos. Destacó la importancia de la participación de los estudiantes en la vida universitaria, que debe ser incentivada. “Debemos dar más información a los alumnos, revisar el reglamento de evaluación y calificación y la normativa de permanencia, y desterrar el reglamento disciplinario. Hay que encontrar mecanismos de queja para los alumnos que no impliquen represalias”.

Por su parte, Olga Alegre de la Rosa, decana de la Facultad de Educación y candidata a rectora de la ULL defendió su lema: Dímelo, “en el sentido de conocer de cerca y de forma directa los problemas y las inquietudes de la comunidad universitaria”.

En la presentación de su programa, apostó por una docencia de calidad “porque en la universidad se enseña lo que se investiga”. Debemos dejar de lamentarnos y dar oído a los que provocan conflicto, prosiguió. “Lucharé por que las nuevas mareas de la prosperidad lleguen a la universidad”.

La candidata apuntó que buena parte del profesorado está afectado por una alta carga docente y sin plan de jubilaciones efectivo. Propuso en este punto la necesidad de la gestión por procesos, mejorar las comisiones de trabajo del profesorado y reclamar la figura del estudiante como sujeto activo de la formación.

“No me comprometeré a algo que no pueda realizar, aunque por ello pierda votos”, añadió la candidata, que presenta un total de 343 compromisos por cada una de las visiones sobre la propia universidad destacadas en su programa. También incidió en la revisión de la normativa de progreso y permanencia del alumnado, la acreditación de titulaciones, los cursos formativos abiertos y el impuso al Parque Científico Tecnológico de Tenerife. Olga Alegre relató además la creación de un consejo de expertos para potenciar líneas investigadoras más competitivas, facilitando tareas administrativas, al tiempo que creará, si es elegida, la figura del dinamizador de la investigación.

A su vez, declaró que urge continuar con la modernización y la especialización de la universidad y los procesos online mediante tecnologías accesibles. Expresó la necesidad de una cultura de la sostenibilidad para afrontar la mejora de las infraestructuras, con la elaboración de un plan estratégico para ello.

Favorecer las ayudas de movilidad, la implantación de titulaciones en lengua inglesa y un plan de inmersión lingüística fueron otras medidas desgranadas por la candidata, quien añadió la oportunidad de negociar las condiciones del próximo contrato programa y de una nueva ley de financiación, en su caso.

Juan Capafons Bonnet fue el último candidato en intervenir y lo hizo con “una mirada al futuro con realismo y ambición”, exigiendo la modernización y la acción de gobierno como servicio a las personas. Señaló tener dos pilares férreos: la transparencia, que nos ayuda a entendernos mejor y nos hace ser más visibles, y la participación de toda la comunidad.

Las instituciones deben mantenerse en el tiempo, deben ser sostenibles, sostuvo Capafons. La responsabilidad social, el fomento de la igualdad, la tolerancia y la integración fueron otros valores esgrimidos por este candidato. Otro punto fuerte de su programa es el consenso, “asumiendo la pluralidad, fomentando el respecto, combatiendo el miedo y el atrincheramiento”. La modernización no solo viene de la mano de la reforma de las instalaciones, sino en la forma de enseñar, aprender e investigar, sostuvo.

Las personas son el núcleo central de la institución, continuó el candidato. Con los estudiantes ha previsto mayor participación estudiantil, recurso de apoyo y recursos económicos, al tiempo que la revisión de la normativa de progreso y permanencia. “Que ningún estudiante deba abandonar por falta de recursos”, declaró.

“El PAS es el soporte necesario para que podamos realizar nuestra actividad”, afirmó. Es personal activo en la transferencia, en la gestión de la docencia, añadió el candidato, para quien es oportuno un plan de recursos humanos, dotar de estabilidad a las plantillas, modernizar la administración, elaborar planes de formación continua, integrar la seguridad y la salud laboral en al gestión diaria y renovar las plantillas.

En cuanto al personal docente e investigador, el candidato adelantó su compromiso con una planificación estratégica de la plantilla de este colectivo, la estabilidad del profesorado, su acreditación y sus expectativas legítimas en este ámbito, además de un plan de formación continua con apoyo en las TIC, al tiempo que aminorar tareas administrativas ligadas a docencia e investigación y potenciar el portal del empleado.

Para Capafons, la convergencia europea ha derivado en un exceso de regulación en nuestro país, y es pertinente una oferta de títulos tomando en consideración el entorno social productivo, con másteres adaptados a la demanda laboral.

También propuso la mejora en la gestión de la investigación, mantener sus estructuras de investigación y servicios generales y potenciar un plan propio de investigación con apoyo a los grandes equipos, recuperar las bolsas de viaje y poner en valor a los investigadores.

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