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Arranca el Tour bajo la lupa de Sherlock Holmes

La tensión, la sospecha, el ambiente de intriga, esos componentes tan habituales en el ciclismo en los últimos años a consecuencia del dopaje marcan la 94 edición del Tour de Francia, que echará a andar este sábado en Londres, donde pocos hablan de los favoritos de la carrera, aunque el kazako Vinokourov y el español Alejandro Valverde reclaman a gritos “cambiar de tema”.

La Federación Internacional (UCI) ha sido la encargada de sacar la lupa del cerebral detective Sherlock Holmes para crear un ambiente de sospecha que se puede cortar en la húmeda atmósfera londinense. Como si tratara del personaje de Sir Arthur Conan Doyle, sus investigaciones han hecho firmar a los 189 participantes del Tour la famosa carta de compromiso contra el dopaje. Con la ayuda de ASO, organizador del Tour, todos los corredores, con el gesto torcido y murmurando, han pasado por el aro de la norma impuesta.

El Tour cruza el Canal de la Mancha por tercera vez, cuando se cumple un año exacto del escándalo de Estrasburgo, aquel día en que los papeles de la operación Puerto dejaron a la carrera sin favoritos. Los Ullrich, Basso y Mancebo se marcharon a casa, además del Liberty de Vinokourov al completo. Un curso después, el ciclismo ha hecho que el tema que más detesta y que más le oscurece anule el debate puramente deportivo.

Prólogo muy turístico

Aún así, el Tour, una vez echa la selección inicial, echará a andar con un prólogo muy turístico por el centro de Londres, una contrarreloj individual de 7,9 kms que recorrerá los puntos claves de la ciudad, como Trafalgar Square, Hyde Park, el Palacio de Westminster, Downing Street, con nuevo inquilino (Gordon Brown, Primer ministro) o el Palacio de Buckingham, residencia de la reina Isabel II.

Todo el pelotón espera como agua de mayo el momento en que todo empiece. Sólo así los 189 corredores de los 21 equipos se sentirán liberados del azote de los que consideran una excesiva persecución. Y se volverá a hablar de los temas propios del estreno de una gran competición, como es el Tour.

Entonces sonará con fuerza el nombre del kazako Alexandre Vinokourov, el vencedor de la Vuelta, favorito número uno indiscutible, en su año del “ahora o nunca”, ante la oportunidad de su vida. Junto al líder del Astana es obligada la referencia a su compañero Andreas Kloeden, el alemán que ha sido ya segundo y tercero y reclama protagonismo.

Los españoles presentan tres bazas: Oscar Pereiro, Alejandro Valverde y Carlos Sastre. El primero, harto de esperar el título de campeón del pasado Tour, saldrá con el número 11, dos unos a falta del que le hubiera correspondido si el caso Landis no se hubiera convertido en el culebrón de lustro.

Valverde aporta el nombre y un currículum interesante, pero esto es el Tour, y la estadística dice que el murciano, doble subcampeón mundial, no ha terminado en sus dos participaciones en la ronda gala. “Valverde viene en forma y tiene mucha ilusión, pero no tiene experiencia”, dijo su director Eusebio Unzue. Palabras más de duda que de plena confianza.

Carlos Sastre (CSC), cuarto el año pasado, es un corredor experto, que sabe mantener la regularidad durante las tres semanas y que atesora muchas horas de vuelo en el Tour. Los apostantes cuentan con el. Además la carrera deberá tener en cuenta al australiano Cadel Evans (Predictor) y al ruso Denis Menchov (Rabobank). Entre las revelaciones se espera con ilusión a otro español: Alberto Contador (Discovery), a sus 24 años con la París-Niza en su palmarés.

Por delante, y para que cada uno demuestre sus habilidades, 20 etapas repartidas en 3.550 kms. Habrá 6 de alta montaña, 11 llanas, 1 de media montaña y 2 contrarreloj. Los Alpes esperan con una llegada inédita a Tignes, y en Pirineos se vivirá la jornada reina con final en el Aubisque, en la decimosexta jornada, donde se incluyen 50 kms por la provincia de Huesca, con el ascenso al Col de Larrau.

Los esprinters echarán en falta a Alessandro Petacchi, que se quedó en Italia explicando su posible vinculación con el salbutamol, pero se batirán por velocidad otros nombres destacados como el español Oscar Freire, afectado por un forúnculo, el belga Tom Boonen, que quiere vestirse pronto de amarillo, el australiano Robbie McEwen y los italianos Alessandro Ballan y Daniele Bennati.

Los grandes rodadores tendrán dos cronometradas, la de Albi (13a), de 54 kms y la de Angulema, el penúltima día, con 55 kms. Este año la montaña será más generosa con sus especialistas.

El Tour del misterio, que ya hubiera dado pie a una buena novela de la británica Agatha Christie, especialista en oscuros temas que se desarrollaban en habitaciones cerradas, nacerá “limpio y transparente”, como desea el director del negocio, Christian Prudhomme, quien avisó de que todos los corredores serían observados con lupa para evitar dañar la imagen de la prueba centenaria. Ese era el camino para despegar los nubarrones del dopaje. Elemental, querido Christian.

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