De cuando el CD Tenerife hacía de ‘sparring’ de los rivales de la UD Las Palmas
Hace casi setenta años, cuando la UD Las Palmas se convirtió en el primer equipo canario en ganarse el derecho a participar en las competiciones nacionales, no era fácil desplazarse hasta Canarias. Por eso, los equipos encuadrados en el grupo Sur de la Segunda División en esa campaña 50-51 viajaban hasta las islas a regañadientes y entre protestas, pues el calendario también les reservaba excursiones a Mallorca, Ceuta, Melilla y Tetuán, que exigían un traslado en avión o barco. Por eso, una vez aceptada la ‘aventura’ de ir hasta Gran Canaria, la mayoría pactaba para el día siguiente un encuentro en Tenerife.
A los visitantes les venía bien ganarse unas pesetas, mientras que al CD Tenerife –y ahora se verá por qué se aclara que es el Club Deportivo Tenerife– les interesaba enfrentarse contra los equipos contra los que, previsiblemente, en primavera se iba a jugar el ascenso a las categorías nacionales. Así, la fase de preparación contra los ‘sparrings’ peninsulares (o norteafricanos y baleares) la inició el CD Tenerife el 17 de octubre de 1950 ante el Plus Ultra. El entonces filial del Real Madrid había perdido (1-0) dos días antes en el Insular ante la UD Las Palmas por culpa de un gol de Tacoronte (29’), en un partido que no será recordado por su calidad.
De hecho, el encuentro ni siquiera ha encontrado hueco en la memoria colectiva porque hubo cuatro expulsados (dos por bando), sino porque, en el transcurso del choque, un espectador realizó tres disparos de pistola sobre la grada de General, hiriendo a cuatro personas. Los madrileños olvidaron el susto... pero no los malos modos. Así, en el Heliodoro también sufrieron la expulsión del defensa Aranda, por agredir a Árbelo cuando el extremo tinerfeño estaba en el suelo. El Tenerife, que ganó 3-1 con goles de Mena, Arbelo y Rojas, alineó ese martes a: Gorrín; Arturo, Isidoro, Llanos; Villar, Eugenio; Arbelo, Cabrera, Rojas, Moyá y Ramón.
Los blanquiazules no pudieron contar ese día con su ariete titular, Antonio el Loco, lesionado días antes en un amistoso ante la UD Las Palmas, pero sí con cinco de sus fichajes: Arturo (Hespérides), Isidoro (Salamanca), Eugenio (Real Unión), Cabrera (Price) y Moyá (Villalta). A partir de ahí, por el Heliodoro pasaron otros rivales de Las Palmas como Albacete, Hércules, Mallorca, Córdoba o Cartagena. Algunos llegaron a disputar dos partidos ante el Tenerife y otros aprovecharon la visita a la Isla para medirse también al Hespérides y obtener algún ingreso extra que paliara el coste del desplazamiento a Canarias.
En diciembre, Gorrín, Llanos, Villar, Arbelo, Cabrera y Rojas se incorporarían a la recién creada UD Tenerife, fabricada a imagen y semejanza de la exitosa UD Las Palmas. A partir de entonces, el llamado equipo de la unión –formado por los mejores elementos de Real Unión, Hespérides, Norte, Iberia, Price y CD Tenerife– sería el encargado de medir fuerzas con los conjuntos peninsulares. Al acabar la liga en el grupo Sur de Segunda División, “el club clasificado en la decimotercera posición”, designado por la Federación Española para disputar una eliminatoria de promoción contra el campeón tinerfeño, fue el Levante.
Curiosamente, el Levante había sido uno de los pocos equipos que no hizo la excursión por el Heliodoro para ejercer de sparring blanquiazul. Y que llegada la hora de la verdad, en un tiempo sin informes y poco conocimiento de los rivales, supo sorprender a la UD Tenerife.
(*) Capítulo del libro ‘El CD Tenerife en 366 historias. Relatos de un siglo’, del que son autores los periodistas Juan Galarza y Luis Padilla, publicado por AyB Editorial.
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