Acercándose a Cuba: ¿bloqueo o solidaridad?

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En estos días desde Estados Unidos nos han llegado multiplicadas noticias sobre manifestaciones en Cuba. Luego se ha descubierto que muchas de las imágenes atribuidas a las manifestaciones cubanas eran montajes de fotos tomadas en Chile, en Egipto durante la primavera árabe y similares. Al mismo tiempo, algunos manifestantes pedían una “intervención humanitaria”. Por la otra orilla política hay manifestaciones contra el supuesto propósito intervencionista de los EE.UU contra Cuba. No sé si los que pedían intervención conocen las consecuencias de tales “intervenciones humanitarias” por parte de EE.UU. Recordemos algunas intervenciones de los EE.UU. después de la Segunda Guerra Mundial.

Golpe de Estado en Irán

En 1953 se produjo un golpe de Estado en Irán que derrocó al gobierno de Mohammad Mosadegh. La intervención encubierta de Estados Unidos e Inglaterra fueron precedidas y auspiciadas por los funcionarios de inteligencia británicos que allanaron el trabajo conjunto de un bien planificado golpe. Aquí la intervención no fue muy humanitaria, aunque no fue intervención visiblemente directa. Según documentos y registros desclasificados de la CIA, poderosos mafiosos de Teherán fueron contratados por la CIA para organizar disturbios y protestas contra Mosadegh y a favor del sha (rey persa) el 19 de agosto, gracias a autobuses y camiones pagados por los servicios americanos que transportaron masivamente personas pagadas para apoderarse de las calles. En la confrontación murieron cerca de unas 300 personas.

Mosadegh fue arrestado, juzgado y condenado por traición por un tribunal militar del nuevo gobierno del sha bajo el mando del general Zahedi adepto a la monarquía. Mosadegh fue condenado a tres años de cárcel y luego a arresto domiciliario de por vida. Otros partidarios del derrocado primer ministro fueron encarcelados, desaparecidos o condenados a penas de muerte, después del golpe el sha gobernó con mano dura durante 26 años hasta ser derrocado en 1979 por la revolución iraní.

¿Cual era la traición por la que fue condenado Mosadegh?

El primer ministro elegido democráticamente había tenido la osadía de querer auditar los documentos de la Anglo-Irian Oiul Company (AIOC), una corporación británica (actualmente parte de BP) y recuperar el control iraní sobre el petróleo nacional extraído y exportado. La AIOC se negó a colaborar debido a que estaban extrayendo y exportando más de lo que declaraban y pagaban. A propuesta del gobierno Mosadegh, el parlamento iraní (Majlis) votó a favor de nacionalizar la industria petrolera de Irán y expulsar a aquellos directivos extranjeros del país.

Conocida la votación iraní, el gobierno de Gran Bretaña instigó un boicot mundial al petróleo iraní para hacer arrodillarse al gobierno iraní. Implementaron otro tipo de medidas hasta que el Winston Churchill vuelve a ser primer ministro y junto con la Administración Eisenhower deciden que hay que evitar el régimen comunista que, según ellos, podía implantarse en Irán, aunque ni el Clement Atlee (laborista anterior al conservador Churchill) ni Harry Truman (demócrata antecesor del republicano Eisenhower) parecen haber sido partidarios de tal intervención. La elección democrática de Mossadegh en Irán, que nacionalizó el petróleo había dado al país una inicial renovación completa, el laicismo y una reforma agraria. La intervención encubierta entonces y ahora reconocida de la CIA americana y del M16 británico lo cortaron manu militari.

La traición de Mosadegh consistía en velar por los intereses económicos del Irán y controlar al todopoderoso grupo familiar del sha, vendido a las multinacionales del petróleo y ajeno e insensible a la pobreza y miseria de su pueblo.

Resultado: muertos, secuestro de la democracia y corrupción desde la cúpula de la Monarquía.

Guatemala y la United Fruit Company

El 20 de octubre de 1944 hubo en Guatemala un movimiento cívico-militar que derrocó al Gobierno del general Jorge Ubico, dando lugar a las primeras elecciones libres e iniciando un período de 10 años de modernización del Estado, teniendo en cuenta a las mayorías trabajadoras. Esos años se conocen como los Diez años de primavera e incluso como Edad de Oro de Guatemala.

Juan Jacobo Árbenz Guzmán (Quetzaltenango, 14.09.1913 - Ciudad de México, 27.01.1971) militar y político guatemalteco de ascendencia suiza fue presidente de Guatemala de 1951 a 1954, habiendo sido antes ministro de Defensa desde 1951. Se le conocía como soldado del pueblo. Entre otras modernizaciones: gracias a Arbenz la mujer pudo votar y tener derechos.

En su discurso presidencial anunció los objetivos fundamentales de su plan de gobierno resumidos en “convertir a Guatemala en un país independiente dejando atrás la economía semicolonial y feudal”. Eso suponía necesariamente un enfrentamiento con la United Fruit que dominaba feudalmente la agricultura. Así, el 27 de junio de 1954 un golpe de Estado, dirigido por el Gobierno de Estado Unidos, patrocinado por la United Fruit Company y ejecutado por la CIA mediante la Operación PBSUCCESS lo derrocó, entregando el poder al coronel Carlos Castillo Armas.

Árbenz fue acusado de comunista por atacar los intereses de los monopolios fruteros yanquis y los oligopolios agrícolas nacionales, agravándose al haber dado cabida como asesores a miembros del Partido Guatemalteco del Trabajo. Árbenz tuvo que escapar al exilio sufriendo una calumniosa campaña personal que le afecto en su vida familiar y personal, que incluye el suicidio de su hija Arabella en octubre de 1965 en Colombia. Jacobo Árbenz murió en el exilio en México en 1971.

La soledad última del presidente derrocado recuerda el trasfondo histórico de Cien Años de Soledad de García Márquez, aplicable a casi toda la América Latina.

Las intervenciones estadounidenses y Cuba

Las intervenciones norteamericanas en Cuba no empezaron con el desembarco armado de mercenarios en Bahía de Cochinos, sino desde el momento en que Fidel Castro anunció la reforma agraria de unas plantaciones mayoritariamente en manos norteamericanas y con el cierre de los casinos de juego, las grandes casas de prostitución y la industria hotelera, principalmente en manos de la mafia yanqui, muy amistosa con el dictador Batista.

Ha habido unas intervenciones secretamente planificadas y realizadas cubierta o abiertamente como las ya mencionadas o las de Vietnam, Chile con Pinochet, Irak, Libia o Afganistán, por nombrar solamente algunas de las más conocidas, pero sin olvidar intervenciones espontáneas y unipersonales como las del mejor presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, tanto en el reconocimiento de la anexión del territorio del Sahara español como perteneciente al sultán de Marruecos, y otras lindezas en Palestina.

Las intervenciones imperiales siempre van acompañadas de una propaganda desinformativa similar a la nazi de Hitler contra los judios, comunistas y masones, así como la de sus adeptos como (NO)LibertadDigital sometida a Federico Jiménez Losantos, a los que no se puede aplicar ni el término de cerdócratas como a los protagonistas de Rebelión en la Granja de Orwell ni tampoco el de demócratas, cuando calumniosamente hablan de Cuba como “una prisión con vista al mar” en la que, dicen, la “mitad de los cubanos delata la otra mitad” y la izquierda española y la europea se hace cada vez más pro-comunista porque ¡ay, la derecha tiene complejo de no ser comunista y ha renunciado a defender la libertad en casi todas partes! El desafortunado autor de tales frases es un Javier so malo, no es equivocación, ni insulto, el desinformador de que hablamos no es so tonto pero se llama Somalo.

A continuación volvemos a lo sucedido en Cuba recuperando la información del propio gobierno cubano y de medios de Comunicación como TeleSur, afines al movimiento emancipatorio sudamericano.

El pasado domingo 11 de julio tuvieron lugar cronométricamente movilizaciones en varias localidades de Cuba. Las protestas comenzaron en San Antonio de los Baños, a 26 km de la capital de La Habana convocadas y coordinadas por redes sociales. Estas movilizaciones están acompañadas de una amplia cobertura mediática occidental, con gran apoyo de artistas influencer que posicionaron desde el 5 de julio la etiqueta #SOSCuba y el llamado a la “intervención humanitaria” en redes sociales. Mientras en Colombia se contabilizaban unas 60 muertes causadas por la intervención policial, la atención mediática se concentraba en la represión cubana. Y mientras el presidente colombiano seguía fomentando la represión frente a sus opositores, el presidente cubano, Díaz-Canel, se presentaba en el núcleo principal de la protesta para hablar con la gente directamente. Al parecer los motivo reales que provocaban que muchos salieran a la calle eran los cortes de electricidad sufridos los últimos días, y la escasez de algunos alimentos y medicinas.

De la actitud dialogante de Miguel Díaz-Canel no se dijo palabra y se presentaron a grupos que pedían cambio de gobierno y fin de la dictadura, aunque tales grabaciones no parecen localizables.

El mismo domingo en que el presidente Díaz-Canel llegó a San Antonio de los Baños para dialogar se organizaron movilizaciones en defensa de la Revolución.

Asimismo, se realizaron dos ruedas de prensa del presidente Díaz-Canel el 11 de julio y del gabinete de ministros junto al presidente el 12 de julio para informar de inmediato sobre los hechos y las medidas económicas y sanitarias del Gobierno.

Uno de los aspectos abordados en las ruedas de prensa fue el concerniente a la producción de energía eléctrica, menguada durante los últimos días. El ministro de Energía y Minas, Liván Arronte Cruz, explicó los esfuerzos por reparar instalaciones afectadas por las restricciones de compra de insumos, sumado al incremento de la demanda por la situación de atención sanitaria, lo que ha generado cortes de electricidad.

El Gobierno asumió las situaciones críticas que generan malestar y descontento, pero acusa una operación desestabilizadora financiada desde EE. UU que utiliza elementos típicos de guerra no convencional, con despliegue de campañas mediáticas que presentan Cuba como un país ingobernable, un Estado fallido en crisis absoluta, así como financiación de mercenarios para generar violencia internacional. La verdad resulta ser todo lo contrario como hemos visto en los dos ejemplos al principio de este artículo.

El gobierno de EE. UU se pronunció el 12 de julio apoyando las movilizaciones, diciendo que la crisis económica de la isla es generada por el Gobierno de la Revolución olvidando el bloqueo económico de más de 60 años.

Con la administración Trump el bloqueo a Cuba se recrudeció, situación que la actual administración Biden no ha modificado. En 2020, Estados Unidos aplicó 55 sanciones al amparo de la Ley Helms-Burton.

Los EE.UU incluyen a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo haciendo así difícil la llegada de divisas. Cuba importa cerca del 70% de los alimentos que consume. La crisis económica agravada por la sanitaria y los bloqueos de EE.UU originaron una caída del PIB del 11% en 2020, según estimaciones del Gobierno cubano.

Cuando se habla de escasez y otras penurias cubanas habría que preguntarse : si alguien, señor A, aprieta el cuello al señor B y casi le estrangula y al mismo tiempo le reprocha que no respira bien, ¿qué habría que decir? ¿¡Usted, señor A, respire mejor! “¡Señor B, deje usted de apretarle el cuello al señor A! ?

Los principales ingresos de divisas de la isla -turismo- desaparecieron con la pandemia y se atraviesa un rebrote del virus. Sin embargo, Cuba ha logrado producir dos vacunas probadas: Abdala (92% de efectividad) y Soberana 02 (91%), un logro alcanzado por pocos países del mundo. El domingo 11, se contabilizaban más de 6.000 contagios y 42 fallecimientos por COVID-19 en la isla, las cifras más altas desde el comienzo de la pandemia que han remontado como en todos los países con las nuevas mutaciones. No obstante, el índice de mortalidad del virus en Cuba es de 0.66%, de los más bajos a nivel mundial.

En Las Palmas de Gran Canaria, este 18 de julio, de triste memoria para los demócratas españoles por ser la fecha del alzamiento militar y comienzo de la Guerra Civil que culminó en el triunfo fascista y la dictadura del Generalísimo Franco, se han manifestado diversos grupos en solidaridad con Cuba exigiendo el final del bloqueo. Muchos automovilistas pasaban pitando el claxon en solidaridad y otros suponiendo quizás que eran anticastristas. Se podrá estar a favor de la Cuba revolucionaria o en contra, pero es difícil de comprender que el alcalde de Miami y otros cubanos exilados propicien una intervención militar “aunque tengan que bombardear La Habana”. El bloqueo no beneficia al pueblo cubano, sean revolucionarios castristas o contrarios, y menos aún la intervención militar.

El presidente de México, Manuel López Obrador, ha dicho que “la mejor forma de ayudar al pueblo cubano es levantando el bloqueo contra el país”. El 23 de junio de este año, en la Asamblea General de Naciones Unidas 184 países ya habían votado a favor de la eliminación del bloqueo, con los votos en contra de Israel y Estados Unidos. La pregunta política es si los problemas de los países se resuelven con el diálogo o con asesinatos como en Haití o Colombia. La mayoría de los países de la ONU parecen inclinarse por el diálogo. Y cada uno de nosotros debe decidir qué es lo que opina.

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