Espacio de opinión de Canarias Ahora
De barbarie en barbarie
Y es que las agresiones al medio ambiente y al medio natural en Tenerife, desde las propias administraciones públicas, no sólo se circunscriben al Sur de la Isla, pendiente aún la del puerto de Granadilla. Nuestro atractivo y bastante bien conservado Norte, ya no es ajeno a este tipo de actuaciones, eso sí, amparándolas bajo la sempiterna cantinela trucada de creación de riqueza y puestos de trabajo, aunque la realidad sea otra muy diferente. Lo cierto es que, o conservamos decididamente nuestro Medio Ambiente y los valiosos entornos y recursos naturales que nos quedan, o lo tendremos muy crudo en un futuro inmediato, que nos pasará tremendas facturas que no podremos asumir.
Benditos ecologistas, que ofrecen de forma altruista su tiempo libre para contrarrestar, con gran conocimiento, esas irresponsables agresiones sin sentido, cuyos costes, o sus indemnizaciones si por fortuna se logran parar a tiempo por otros cauces, se afrontan con los dineros de todos, ecologistas incluidos. Salvado el municipio de Tacoronte de un puerto privado, que se hubiera apropiado de la playa de la Arena y parte del Paisaje Protegido Costa de Acentejo, degradándolos, se nos vienen encima otra serie de actuaciones desaconsejables, por innecesarias y tremendamente devastadoras. De entre ellas, sobresale especialmente por su enorme dimensión y por los cuantiosos daños irreversibles que ocasiona, el anillo insular, que ya ha tocado, de forma irrecuperable, algunas coladas del centenario volcán el Chinyero, catalogado como Reserva Natural Especial, pero que también afectará negativamente, a los Acantilados de La Culata y al LIC Cueva del Viento, el tubo volcánico más largo de la Unión Europea y uno de los mayores del mundo.
Tampoco escapa la Costa de San Juan de la Rambla, otro Lugar de Interés Comunitario. En el marrio de las Aguas, en el ya atractivo entorno de su avenida y frente a ella, flota otra actuación innecesaria, disparatada y altamente impactante, que la justifican por unas mejoras en tierra y por la formación de una playa de arena en el litoral. Para ello, eliminarían la piscina existente en la actualidad y unirían el roquete mayor más próximo con la costa, mediante una escollera artificial. Esta escollera, que interrumpiría la dinámica litoral y afectaría negativamente a unas cuevas submarinas que le dan al LIC su gran relevancia, está pensada para servir de espaldón de parte de la playa, playa que, con absoluta seguridad por encontrarse en un lugar de significativa violencia del mar del Norte, duraría lo que un dulce en la puerta de un colegio, por lo que si esta invasora obra finalmente se ejecuta, es más que probable que los vecinos del lugar se queden sin lugar de baño, o sea, sin playa y sin piscina, pero, eso sí, con el daño irreversible ya infringido.
Y así sucesivamente, llegamos a otro lugar que es un claro y tangible ejemplo de lo que no se debe hacer, El Riquel, declarado suelo rústico de protección paisajística, costera y agraria. Este antaño hermoso entorno, que linda en el mar con el LIC Acantilado Costero de los Perros, ha sido convertido por la mano del hombre y con la permisibilidad de las Administraciones Públicas, en basurero y degradación al mayor nivel imaginable. Lo he recorrido en toda su extensión y dan ganas hasta de llorar, considero como culpable directo al Ayuntamiento de Icod de los Vinos, tanto al actual equipo nacionalista, como el anterior socialista. No vale, ni es de recibo, admitir tales estropicios con la justificación de las actividades que allí se desarrollaban y los puestos de trabajo que mantenían, entre otras cosas, porque las empresas en cuestión se pueden asentar en otros lugares ya degradados o de escaso valor, que no es el caso. Es tal la barbarie cometida en este lugar, que procede depurar todas las responsabilidades personales, tanto en el terreno político como en el penal y económico, además de la ineludible y urgente exigencia de reponer El Riquel a su hermosa situación más próxima posible anterior. Es una vergüenza difícilmente igualable, que, como ya dije, tiene que servir como ejemplo de lo que en Tenerife NO se debe hacer, ¡presione quien presione!
(*) Cándido Quintana es presidente de la Plataforma en Defensa del Puerto de Santa Cruz de Tenerife. Cándido Quintana *
Sobre este blog
Espacio de opinión de Canarias Ahora
0