Espacio de opinión de Canarias Ahora
Cavar su propia tumba
Por supuesto, como suele ser habitual Zerolo adelanta que al él no le importa nada. Oficialmente nunca le ha importado nada el caso de Las Teresitas, ni que el Supremo esté estudiado las obras “menores” del García Cabrera ni que quien le denunció por la compra de la playa y los chanchullos del PGO ocupe el segundo lugar en importancia en el Ayuntamiento que secretamente parece seguir considerando suyo.
Durante los últimos días el ex alcalde utilizó a Hilario Rodríguez y a sus columnistas habituales para que impidieran el nombramiento de Bethencourt, pero ante el sonoro fracaso y la evidencia de que estaba actuando como un ventrílocuo de feria de tercera se ha decidido a dar la cara. CC debería hacerle caso porque en cuestiones de cavar tumbas Zerolo se ha mostrado como un auténtico experto. Tanto la suya como la de una larga serie de juguetes rotos que ha utilizado durante sus años en política para conseguir sus objetivos.
El primer efecto inmediato de esta campaña ha sido elevar a un político que no destaca precisamente por su carisma como es Bethencourt a la altura de héroe y unir por primera vez de forma casi unánime al PSOE de Santa Cruz, algo inédito en la historia de este partido. Pero a la vez el ex alcalde también ha conseguido que hasta los escindidos de XTF hayan optado por apoyar a su antiguo compañero y que Felipe Campos, al que Zerolo por primera vez llama por su nombre y no como “un conocido abogado de Santa Cruz”, haga las paces con el concejal.
En las declaraciones del ex alcalde se esconde una inconsciente frustración por saberse encerrado en la jaula de oro del Senado donde no ha dado golpe durante más de un año y se tiene que resignar a comprobar entre cabezadita y cabezadita como va perdiendo poder dentro de su propio partido. Con la basura que se contiene en el sumario del 'caso de Las Teresitas', Zerolo tendría suficientes razones para seguir callado de por vida dado que conseguir que dimita es impensable.
En cualquier otro lugar del mundo con “una cultura democrática mínimamente desarrollada” -frase que odio sobre todo por habérsela escuchado pronunciar a personajes como el ex alcalde durante años con el resultado que está a la vista- lo mínimo que podría hacer es abandonar cualquier cargo público hasta que su honradez quedara perfectamente ratificada. Pero en realidad ha hecho lo contrario. Lo que a la larga parece haberse convertido en la principal fuente de sospechas sobre su persona. Dimitir por encontrarse bajo la lupa de la justicia es inconcebible en estas islas.
Esta misma semana escuchábamos unas declaraciones dadaístas de Norberto Plasencia considerándose víctima de una campaña por las críticas lanzadas desde la oposición a raíz de que fuese nombrado representante del Ayuntamiento en CajaCanarias. El ex concejal ostenta el record de cuatro imputaciones y una acusación, pero en vez de apartarse a voluntad propia de la vida pública se cree objeto de un ataque totalmente infundado y de tintes personalistas. La prudencia básica obligaría a que no volviera a ocupar ningún cargo público hasta que su situación judicial quedara perfectamente aclarada. Tanto si la asamblea de CajaCanarias se celebra una vez al año como si lo hace coincidiendo con las fiestas lustrales. Para los columnistas zerolianos la decisión de Bermúdez de aceptar la propuesta del PSOE de que Bethencourt sea número dos supone admitir que CC es un partido de corruptos como supuestamente dijo el concejal socialista. Lo que por cierto jamás le he oído pronunciar. Por esa misma regla de tres que el ex alcalde se apoye en alguno de sus opinadores habituales supondría aceptar que es un inmoral tal y como le han calificado en alguna que otra ocasión.
Sobre este blog
Espacio de opinión de Canarias Ahora
0