Espacio de opinión de Canarias Ahora
Cerca del Limbo
No niego que Zerolo pueda estar políticamente en las últimas, pero no creo que se trate de un “fin de régimen”, como dicen algunos. Un Zerolo se cambia por otro para que todo siga igual. Al fin y al cabo el PGO salió adelante. Sólo sacamos en claro que, al extender a este caso las caracterizaciones aplicadas a otros asuntillos anteriores, desde Las Teresitas para acá, han desvelado, uno con otro, la existencia de una teoría de la conspiración en la que van de la mano antisistemas y psocialistas “violentos” al servicio de la perfidia de los diablos canariones, encarnación del enemigo exterior.
Creo útil reparar en que la movilización del PGO se corresponde a una mayor vitalidad de los movimientos ciudadanos tinerfeños, de los que han partido, recordarán, iniciativas legislativas populares que el Parlamento canario rechazó o no admitió siquiera a trámite porque lo de “popular” no venía de PP. Pero no hay duda de que se han sumado vecinos inquietos por lo que pueda afectar directamente el PGO a sus inmuebles y bolsillos. Se advierte, por tanto, a lo que iba, que los ciudadanos tinerfeños, como los de las demás islas, sólo reaccionan cuando se sienten inmediatamente afectados, no porque hayan asumido todavía que la corrupción y la mala gestión pública les perjudica de manera más directa de lo que creen.
Las indemnizaciones multimillonarias y los escándalos han provocado indignación, por supuesto, pero la realidad es que no acaba de verse en lo que suponen de merma de las inversiones públicas y de encarecimiento de esas inversiones dada la cantidad de cucharas que andan alrededor del suculento potaje del poder. No se siente en la piel, aunque intelectualmente se comprenda y condene, que las prácticas corruptas o las resultantes de la incompetencia mandarina dañan al bienestar de todos en la medida que profundizan en el deterioro de, por ejemplo, la Sanidad y la Educación, por mencionar sólo a los servicios, sujetos, encima, a una política de privatizaciones.
Si mencioné a Tenerife primero fue por actualidad. Porque lo mismo puede decirse de Gran Canaria o de Lanzarote. Las diferencias son de matices, como los derivados esa supuesta teoría de la conspiración grancanaria que maneja la derecha tinerfeña sin ponerse encarnada; o el carácter poco más que testimonial de los movimientos ciudadanos de estas dos islas frente al mayor dinamismo de los tinerfeños.
Así le ha sido posible a Soria mantener la cara y proclamarse oficiosamente candidato de su partido a la presidencia regional y que Dios nos coja confesados. La carga que arrastra de situaciones nada claras y no explicadas, para qué, se la han aliviado al vicepresidente las asistencias judiciales y mediáticas, a las que ha favorecido la labor el que no se hayan producido movilizaciones al no haber amenazas directas a los bolsillos particulares de a pie y verse los intereses públicos como una abstracción; o las irregularidades un mal inevitable.
Esto ha permitido sentar la idea de que a la gente le tiene sin cuidado la corrupción y la mala gestión mandarina, como ha dicho más de un pepero. Diría que la indignación, que existe, se ha “privatizado” y no queda sino esperar a lo que digan las urnas.
En cuanto a Lanzarote, el caso Unión aceleró cambios políticos con la recuperación de responsables de desaguisados y la creación de las condiciones para que acaben de perpetrarse los que habían quedado en grado de tentativa. También aquí anda de por medio un PGO, el de Arrecife, que ya diera lugar en su día a protestas de los perjudicados directos.
En cuanto a los psocialistas, qué decir. Sobre el papel son la alternativa posible, aunque resulte improbable que llegue a serlo. Tenerlos por tal obedece al formalismo Gobierno-oposición en el Parlamento sin que en las corporaciones por ellos gobernados se aprecie esa alternativa. Más bien hay puntos de contacto con CC-PP y hasta connivencias puntuales, desde las ausencias de concejales en la votación del PGO hasta las actitudes del sector del PSC que encabeza el alcalde Saavedra. La tendencia exculpatoria es tan manifiesta que entre los propios psocialistas se critica como a “radicales” (Soria dixit) a quienes reclaman un poco de seriedad.
No parece que pueda hablarse de “fin de régimen” alguno porque todo sigue igual. Salvo que se refieran al zeroliano. O al hecho de que, aun sin movilizaciones, la clase política ya aparece en los sondeos de opinión entre los principales problemas del país y en lugar destacado. Ante esto, el mensaje de Navidad de Paulino no pudo ser más simbólico. Lo emitió subido al gran telescopio, el lugar más cercano al Limbo que encontró.
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