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La codicia de los corderos
El artículo que ayer publicó Zerolo en el diario de don Pepito no tiene desperdicio. Es una llamada de atención a sus vecinos, para que salgan de la “apatía” y luchen contra la injusticia. La injusticia es la paralización del proyecto de Las Teresitas. El alcalde chicharrero señala al portavoz del PSOE Santiago Pérez como redactor de la denuncia contra el pelotazo en Las Teresitas. Hay una conspiración de la Fiscalía y los investigadores del pelotazo para frenar el desarrollo de Santa Cruz de Tenerife. Así de simple, o de simplón.
Le faltó meter entre los conspiradores al Ministerio de Hacienda. La Intervención General del Estado que estudió la operación de Las Teresitas concluyó en su informe que “Nos encontramos ante un pelotazo urbanístico de los que son denominados de libro y no solamente por la tramitación previa a la firma del convenio de 18 de septiembre de 2001, sino por las circunstancias posteriores para hacerlo viable”. Según la IGE: “Solamente desde muy alto nivel de responsabilidad dentro del Ayuntamiento puede ordenarse a los funcionarios que cometan tal sarta de irregularidades administrativas”; “una muy alta autoridad se encuentra meciendo la cuna para que todas las dificultades que surgen a lo largo del proceso de la tramitación del expediente tengan una rapidísima respuesta”.
Recordemos el pelotazo de libro: Inversiones Las Teresitas (una sociedad de Ignacio González Martín y Antonio Plasencia) compró en 1998 un frente playero de 298.000 metros cuadrados en Santa Cruz de Tenerife, por 33,1 millones de euros. La operación la pagó íntegramente con el crédito de 33,7 millones concedido por el Consejo de Administración de Cajacanarias (del que formaban parte Ignacio González, Miguel Zerolo y otros cargos de Coalición Canaria). En 2001, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife le compró por 52,7 millones un tercio del suelo que había comprado. Gracias a la generosidad del gobierno presidido por Zerolo, que no intentó expropiar los terrenos de la playa, Inversiones Las Teresitas ganó 19,6 millones de euros sobre el precio que pagó por el total del frente playero tres años antes. El resto del suelo que se quedó Inversiones Las Teresitas multiplicó su valor ya que gracias a una sentencia del Tribunal Supremo cambió su uso a residencial.
El crédito concedido por Cajacanarias fue considerado de “alto riesgo” por el Banco de España. Estos datos no están recogidos en el artículo que ayer firmó el alcalde santacrucero con el título “El silencio de los corderos”. Recurrió Zerolo al título de una película considerada el mejor triller de los años noventa. Anthony Hopkins y Jodie Foster protagonizaron este filme. Hopkins interpreta un sicoanalista asesino que es visitado en la cárcel por Clarice Starling ( Jodie Foster). Después de leer el artículo del alcalde santacrucero busqué en internet algunos fragmentos de la película y me encontré con un diálogo fabuloso entre el sicópata encarcelado y la investigadora interpretada por Jodie Foster:
Hannibal( Hopkins):¿Qué es lo que hace el hombre al que están buscando?
Clarice (Foster): Mata a mujeres
Hannibal: No, eso es circunstancial. ¿Cuál es la primera y principal cosa que hace, qué necesidad cubre matando?
Clarice: La ira. La aceptación social y la frustración sexual?.
Hannibal: No. La codicia. Esa es su naturaleza. Y cómo empezamos a codiciar, Clarice. Buscamos cosas para codiciar. Empezamos a codiciar lo que vemos cada día.
La verdad es que si quería explicar lo que pasa en Las Teresitas Miguel Zerolo podía haber mantenido el título del artículo “El silencio de los corderos”, y ahorrarse el resto del texto. Podía haber reproducido este diálogo de la película. El problema, señor Alcalde, no es el silencio de los corderos. Las causas de Las Teresitas, Tebeto, Tindaya, Faycán, Eólico... tienen siempre el mismo origen: la codicia.
Juan GarcÃa Luján
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