La comidilla empresarial

A falta de comida me dediqué a contemplar la comidilla. La verdad es que aquello parecía un tanatorio: sólo se hablaba de los ausentes, de José Francisco Henríquez y de Juan Manuel Suárez del Toro (ausentes pero vivitos y coleando, aclaro). Las elecciones en La Caja tienen entretenido al personal. Todos se llaman traidores a todos. Escucho a Román diciendo que el PSOE abandonó a Suárez del Toro. Saavedra me cuenta que fue el presidente de la Cruz Roja el que lo dejó colgado a él. Soria no me dijo nada porque no lo tuve cerca, pero pude observar sus gestos cariñosos con su (en estos días) editor preferido, y su tono airado, con expresiones como “tengo que aguantar a hijos de puta” (sic), para un periodista que pertenece al grupo de cazadores que lidera Guillermo García Alcalde. Para mí lo mejor de este asunto de La Caja es que ya la gente de Coalición Canaria y del PP saben lo que es una oenegé. Hasta PP Manolo Soria que se cargó la consejería de Solidaridad cuando presidió el Cabildo está entregado a defender las bondades de las oenegés en general y de la Cruz Roja en particular.

Paulino estuvo cercano y simpático. Reconozco que me mosqueó tanta cercanía, por un momento pensé que era un truco, que simplemente quería que le diera un abrazo navideño para ver si en un descuido se me caía el DNI y podía copiar el número, por si me tiene que denunciar en los juzgados cuando diga públicamente que su gobierno comete ilegalidades. ¡No lo he dicho todavía, señor juez!

Cuando ya había llegado la gente más importante Sebastián Grisaleña subió al primer piso para echarse el discurso navideño. Diez folios donde contó cosas parecidas a las de otros años, sólo que esta vez no dio cifras, para no amargar los canapés. Hay crisis, están preocupados, la banca no presta dinero (en El Correíllo pidió nacionalizarla y le llamaron de Izquierda Unida para ofrecerle un puesto), hay que reducir la burocracia y flexibilizar el mercado laboral. El presidente de la patronal pidió “valentía para afrontar una reforma del mercado laboral”. Dice que las empresas no soportan tantos costes laborales. Estamos en una de las comunidades autónomas con los salarios más bajos, con mayor número de horas trabajadas, que tradicionalmente ha tenido los precios más altos y por tanto menos poder adquisitivo para los trabajadores. El año pasado en noviembre había 138000 parados en las islas, este año hay 199899. ¿Hay alguien que de verdad cree que rebajando las indemnizaciones por despido habrá menos desempleo?

Frente a los sacrificios de los trabajadores, en la parte empresarial tenemos un sistema fiscal que favorece a los empresarios canarios frente a los del resto de las comunidades autónomas. Ayudas del REA, ahorro de casi un 90% de los impuestos a quienes se acogen a la RIC, ayudas al transporte de mercancías?A falta de presupuesto para canapés, Grisaleña planteó a sus colegas empresarios que el mejor postre sería una valiente reforma del mercado laboral. No dijo directamente que hay que comerse a los trabajadores porque el canibalismo es políticamente incorrecto. Paulino Rivero defendió una reforma laboral pero buscando el consenso con los sindicatos. Sabemos que PP Manolo es partidario del despido libre, rápido y gratuito, por lo menos eso es lo que piensan Víctor Jordán y Paulino Montesdeoca. Por eso me extraña que el Humilde no hiciera declaraciones apoyando a Grisaleña, o a lo mejor sí las hizo, pero las censuraron los cazadores (tienes razón, PP Manolo, ¡qué hijos de puta son!).

Juan García Luján