Espacio de opinión de Canarias Ahora
¿Compartimos una ética común?
El pasado miércoles nos vino un catedrático de la Universidad Complutense, un hombre progresista que sigue muy de cerca esa civilización y nos dio claves del porqué algunos no aceptan la modernidad y del porqué tienen a la mujer sometida a una auténtica esclavitud.En el transcurso de la charla se hizo varias preguntas. Una de ellas es la que encabeza este trabajo: “¿Compartimos una ética común?”,“¿Por que no tienen un desarrollo personal crítico?”, “¿Son capaces de presentar un pensamiento elaborado?”, “¿Por que fluctúan entre la conspiración y el victimismo?”, “¿Cual es la razón por la que no se integran?”, “¿Creen que el fin justifica los medios?”.Yo, la verdad, cuando escuchaba estas reflexiones me las hacía relacionándolas con algunos dirigentes de Batasuna y del PP. ¿Compartimos una ética común?, ¿El fin justifica los medios?, ¿Por qué no tienen un desarrollo personal crítico?, ¿Son capaces de presentar un pensamiento humanista elaborado?, ¿Por qué fluctúan entre la conspiración y el victimismo?, ¿Cuál es la razón por la que no se integran?Se me dirá que en ese mundo hay de todo. Ya lo sé, pero todavía recuerdo a Pernando Barrena cuando enfática y chulescamente decía que ellos jamás condenarían la violencia de ETA y a Otegi, cuando en el homenaje a Olaia Castresana, que murió cuando manipulaba una bomba, pidió un aplauso para todos los gudaris que “han caído en esta larga lucha” y señaló que hay una generación “nacida con el Estatuto que se adhiere a la lucha armada para expresar su compromiso político, lo que demuestra que generación tras generación y aunque la lucha siga siendo muy dura, ésta pasa de mano en mano. Apostar por el estatuto no hace sino prolongar el conflicto y Olaia Castresana es una prueba”.Toda una apología de la violencia armada frente a un Xabier Arzalluz que tras la muerte de Argala les dijo a los chavales de EGI que el futuro del pueblo vasco pasaba por el euskera y la tecnología y que esto debía ser su goma-2.Le veía el sábado a Ibón Arbulu con el puño en alto calificándonos de derecha regionalista y preguntándonos si vanos a continuar “erigiéndonos en el apaleador oficial al servicio de la corte de Madrid contra la izquierda abertzale”. Antes había dicho que había una normativa propia de “una estrategia de de guerra y que debe desaparecer para participar todos en igualdad de condiciones”.Sobre el brutal atentado de Barajas, ni una palabra. No pestañearon. Pedro Ugarte nos decía el sábado: “La ética y la estética mantienen una estrecha relación, por más que casi siempre permanezca velada. Una estética es el fruto de una elección moral. Lo hermoso es mejor que lo feo. La cortesía es mejor que la rudeza. Alguien que saluda amablemente tiene más boletos para ser buena persona que alguien que escupe sobre el zapato ajeno. Hubo un breve período de tiempo en que el cuidado de las formas parecía cosa del pasado, y que la sinceridad, la bondad o la honradez brillaban más en lo imprevisto, lo informal, lo descuidado: un rostro sin afeitar, un jersey deshilachado, una vaharada de mal aliento. Por suerte, la sociedad vuelve a apreciar los modales y concluye mayoritariamente que una vaharada de mal aliento es una vaharada de mal aliento. Sin más”.Por eso la pregunta que me hago no es ociosa. Se puede hablar de dialogo y hay que practicarlo pero ¿compartimos una ética común? Una ética entendida como parte de la filosofía que se ocupa de los conceptos morales, esto es, de los conceptos implicados en todo discurso acerca de la conducta de los seres humanos.Sinceramente creo que no. Yo con el discurso de Otegi, de Barrena y de Permach y con los de Astarloa, Acebes y Zaplana no me identifico en casi nada. Me separa un abismo moral y sin eso no hay democracia que valga, por más que la manoseen. Cuando todos estos tengan un discurso ético, pensaré otra cosa, pero mientras esto no ocurra, también pensaré que tenemos en nuestro bando ético mucho ingenuo suelto.
Iñaki Anasagasti
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