Destruir, he ahí el negocio

Como Oriente Medio es una zona muy tranquila, recibirá más material bélico compuesto por bombas guiadas por misiles, cazabombarderos y barcos de guerra, entre otros artilugios de la industria militar que requieren alguna salida urgente en el mercado. El disparate requiere explicaciones, de tal forma que debemos atenernos a las canciones salidas de la Casa Blanca y sus mentores mediáticos. La venta de material militar a Israel y a los regímenes aliados semifeudales de la región se justifica por la necesidad de aislar al régimen iraní, pero también ante la urgencia de taponar las fronteras iraquíes, país que contempla derrotas cotidianas de la estrategia militar norteamericana. ¿Aislar la supuesta influencia iraní, convenientemente exagerada con la ayuda de periódicos influyentes, con cazabombarderos modernos? ¿A quién pretenden engañar? No creo que puedan convencer a la opinión pública estadounidense. Ni al Congreso.Este cuento llega a la frontera de la política ficción cuando informan de que tanto Israel como Arabia Saudí recibirán ayuda militar, siendo enemigos declarados. Más todavía. Washington acusa a Riad de financiar a grupos de la resistencia suní en Irak y de permitir la infiltración a través de sus fronteras de unos 80 activistas al mes. Cómo detener este fenómeno a través del desierto, completamente marginal para el curso del conflicto iraquí, por medio de buques de guerra es un misterio indescifrable. O con bombas guiadas por misiles.Israel protesta porque Arabia Saudí dispondrá de misiles de fabricación gringa, pero Ehud Olmert y su ejército verán aumentada la ayuda militar estadounidense en un 43% y garantías precisas de que Riad no podrá usar aquellas armas en su contra. El armamento de los jeques saudíes no se almacenará en bases cercanas a Israel. Por su parte, Olmert hará lo que le venga en gana con los recursos bélicos recién adquiridos, armamento nuclear aparte. Impresentable el escandaloso silencio de la comunidad internacional ante tanto desmán, que vuelve a dejar el destino del pueblo palestino en manos de sus verdugos históricos, tras la violación constante de las resoluciones internacionales sobre este drama, y pretende apretar aún más la soga en torno al cuello del pueblo iraquí.Como no hay explicaciones suficientes para inundar con 63.000 millones de dólares en material bélico una región del planeta ya incendiada, ni siquiera apelando a las necesidades energéticas de Occidente, habrá que buscar algunas raíces a este asunto. Las empresas de material militar necesitan vender, y vender allí donde su uso destructivo asegurado permita renovar el negocio. ¿Qué mejor lugar que Oriente Medio? Escribía Ernest Mandel lo siguiente en 1978: “La famosa predicción de Carlos Marx de hace cien años de que las fuerzas productivas se transformarían a sí mismas cada vez más en fuerzas destructivas si no eran liberadas a tiempo de las cadenas de la propiedad privada y de la orientación al beneficio, da exactamente en el clavo.”. Pues será eso.

Rafael Morales