Espacio de opinión de Canarias Ahora
El detallazo de Sarkozy
No gustó al PP el comentario y lo hicieron saber porque un par de días después Sarkozy aseguró que si hace unos años se hablaba del “milagro” español, hoy ningún país quiere estar en su situación. No llegó a responsabilizar a Zapatero de la crisis, como hace el PP, porque su sentido de la orgullosa grandeur le impide admitir que el presidente español ejerce una influencia mundial tan enorme y superior a la suya que alcanza a Wall Street, a todas las bolsas europeas y más allá.
Temió el PP que la apreciación del presidente francés rebajara la inquina nacional contra Zapatero que ha sembrado y le ha servido por un lado para acercar a Rajoy a La Moncloa y para evitar que el ciudadanaje, de puro encochinado, repare en que las maravillas rajoyanas de de buen gobierno y bienestar las desmienten las actuaciones de su partido allí donde gobierna.
La estrategia pepera se ha basado en constantes denuncias de secretos conchabos de Zapatero con ETA, en el descrédito del Gobierno en el exterior y por supuesto en la explotación a fondo de la crisis. Todo con frecuentes, acusaciones sin pruebas cuando no tremendas mentiras y demás lindezas. Y mucho ruido para que no nos fijemos en los aciertos psocialistas: la retirada de Irak, adonde nos llevó Aznar; el sustancial incremento del salario y de las pensiones mínimas y de las inversiones la inversión en I+D que Aznar dejó como estaban; la independencia de RTVE, que los populares trataron de dinamitar. Sin olvidar otras leyes que no por el rechazo de los sectores conservadores influenciados por el nacionalcatolicismo dejan de sintonizar con la realidad social: el matrimonio homosexual, la ley de memoria histórica, la de plazos del aborto o la puesta en piedras de ocho de la Fiscalía Anticorrupción a la que, me temo, duraría dos telediarios con el PP en el poder. Habría que recordar asimismo las limitaciones a la publicidad institucional, la ley de violencia de género, la de igualdad entre hombres y mujeres. En definitiva, un manojo de textos legales que el PP ignora para que no alivien el balance negativo de la etapa Zapatero; o para que se note menos su desmontaje cuando proceda.
Nunca me ha convencido Zapatero, como he dicho muchas veces. Pero no participo del vicio nacional de que nadie sea la encarnación del Mal absoluto. Irrita que el PP lo presente como ejecutor de un perverso plan para destruir al país con premeditación revanchista y ante el que se alza Rajoy como líder providencial dispuesto a salvarnos. Una versión post-postmoderna de las viejas conjuras internacionales contra España, contubernio de Munich incluido, que hicieron más llevadero el hambre de posguerra. El PP ha sido ingrato con Zapatero, que le ha desbrozado el camino; como hiciera Felipe con la reconversión industrial que legó a Aznar.
Imagino que Rajoy también tendrá sus virtudes. Aunque esté por ver porque las tiene tan guardadas como su programa de salvación nacional, reducido a la seguridad de que al día siguiente de sentarse en La Moncloa todo comenzará a ir bien. Piden, pues, los peperos un acto de fe. Es por eso que González Pons, portavoz pepero, dijo que sería de idiotas votar a Rubalcaba. Me recordó al al dominicio Juan Tetzel, famoso vendedor de indulgencias en la frontera de Sajonia. El hombre aseguraba que en cuanto sonaran las monedas en el cofre, el alma por la que se había pagado saldría volando del Purgatorio derechita al cielo. Tetzel acabó de llenarle la cachimba a Martín Lutero y no es preciso decirles la que se armó. Desde entonces acá la tecnología ha avanzado mucho, pero, la verdad, no creo que al punto de que el mero contacto de las por lo visto milagrosas posaderas de Rajoy con la poltrona monclovita produzca un efecto similar.
Sobre este blog
Espacio de opinión de Canarias Ahora
0