Dios proveerá

Dios proveerá, pensaba evangélicamente en la seguridad de que no iba a dejar de su mano a los escribidores negándonos la provisión de majaderos suficiente para persistir en el oficio. Nunca, a través de ni sé cuantos lustros, he andado escaso de musos, aunque, todo hay que decirlo, nunca fueron tan desagradables. Pero, qué quieren, con los bueyes que hay has de arar.

Ahora Soria está más bien sobre lo callado y apenas da pie. Salvo si se trata de tocarle los humildes a López Aguilar. Pero han venido a ocupar su lugar (del que tampoco se ha ido del todo), José Miguel Barragán, portarebuznador de CC, y el aún más prometedor Jorge Rodríguez, consejero de Empleo, Industria, Comercio y lo que le echen, que nada es demasiado en su afán de servicio a los demás; lo que bien entendido empieza por uno mismo.

Puesto a elegir, gana Jorge a Barragán en su alegre locuacidad frente al majorero que es, diría yo, algo soturno y bastante cejijunto; como si no hubiera completado la evolución. Porque, queridísimos míos, tiene su originalidad postmoderna que el Rodríguez sitúe en el campo de la magia la pretensión de que las gasificadoras se instalen en el mar. Eso en lo que se refiere a la Energía de su (in)competencia, porque en materia de Empleo, ahí está ese dictamen suyo acerca de los inmigrantes que “alimentan la bolsa de parados”; como si no fuera suficiente el Gobierno para mantenerla actualizada y subiendo.

El problema es que la oposición no lo comprende y se lo toman a la tremenda. Unos salen con números demostrativos de que la magia es posible, con lo que eliminan lo maravilloso; otros, como los psocialistas, lo acusan de xenófobo. Injustamente porque, queridísimos míos, no creo que sea xenofobia, qué va, no querer que vengan moránganos, negros y sudacas a ganarse la vida entre nosotros. Eso no es xenofobia sino algo peor. Sobre todo si refleja, como es el caso, el pensamiento del Gobierno canario.

Dios, insisto, provee siempre de musos a los escribidores buenos. Pero a veces, oye, se le va la mano y nos procura personajes que venga Él mismo y los vea.