Espacio de opinión de Canarias Ahora
Los efluvios
Estaban los tres en el quicio de la mancebía. Lugo, probablemente, en las calles de los vinos restauradas. Así fueron los efectos. Hace casi treinta años, después de una larga jornada electoral, salieron a la palestra de los medios el niño Arenas y el niño Gallardón, llenos de sí mismos, repletos de chulería de la vieja estirpe, convencidos ganadores de las elecciones generales; las mentiras vertidas y los errores cometidos habían dado sus frutos, creían. Así fue hasta que aparecieron el ministro del interior y la ministra portavoz a cometer alguna falta de ortografía hablando y a decir que, con los datos oficiales en marcha, el PSOE volvía a ganar las elecciones. Se armó. El ínclito jurídico de la Armada Trillo Figueroa empezó a pasearse por el palacio de congresos de la Castellana con papeles amenazantes de impugnación general del proceso electoral. Cosas veredes. En el ahora mismo, los palmeros de Feijóo comienzan a agitar el fantasma del fraude a un año de las elecciones. En aquella ocasión, López de los bigotes hizo unas declaraciones sentado afirmando la inquebrantable adhesión de la derecha española al Rey y a la corona, tanto monta se supone. Nadie se lo había pedido. La llamada de Zarzuela impelía. Días después, envió al general secretario a decir en Interior que se acababan las consideraciones, sobre todo en temas de terrorismo. Y así se hizo, con la colaboración necesaria e imprescindible de periodistas montaraces.
Tres décadas más tarde, estamos en las mismas, siempre en Lugo de tazas. “Ya hay un español que quiere/ vivir y a vivir empieza,/ entre una España que muere/ y otra España que bosteza.” Pedro Sánchez le enseñó a Torra la fuente donde Machado le cantaba a Guiomar, que está en los jardines de Moncloa, y le dijo algo así como “por aquí vamos a caminar, nada más.” Torra, que despreciaba cuanto ignora, volvió a las esencias trabucaires y carlistas que le alimentan sin enterarse de res. Seguimos entre esencialistas de las patrias, malditas ellas, y fundamentalistas de las iglesias varias, incluidos leninismos casposos y nacionalismos decimonónicos. Me lo dice siempre el ectoplasma de Durruti, “te fías demasiado, y no son de fiar” Le digo que solo me fío de Teresa Claramunt y Federica Montseny, feministas avant la lettre, por anarquistas olvidadas hoy/hoxe/avui.
Cuídense de los vinos en Lugo las personas que no tomen tapas. En 2023, vámonos a Vimianzo y al Médano tinerfeño, para prosperar.
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