Fin de curso político

Dejo las generales para centrarme en las autonómicas y locales donde el PSC presentó unas cabezas de lista de lujo. Juan Fernando López Aguilar, José Miguel Pérez y Jerónimo Saavedra fueron los tres primeros espadas que llevaron a las urnas a infinidad de abstencionistas y a no pocos por razones de voto útil. Ganaron con votos prestados porque por fuera de ellos no había color y calaron los llamamientos de López Aguilar a la decencia política y a acabar con el síndrome que padecen algunos dirigentes con más cara que un saco de euros.

Pero todo eso se ha olvidado. Una vez ganadas las elecciones comenzaron las familias psocialistas, especialmente en Las Palmas de Gran Canaria, a minarle el terreno a López Aguilar. No han comprendido, las dichas familias, que no ganaron en virtud de su trabajo político de oposición, que dejaba mucho que desear sino por una especie de afortunada confluencia de astros de las que sólo se repiten de siglo en siglo.

Echar a López de Aguilar de la política canaria ha sido desde el primer momento el objetivo de CC y PP, hartos de que les sacara los colores. Echarlo de Canarias y además de la secretaría del partido es empeño de las familias psocialistas que, por lo que llevo visto, estaban más cómodas refocilándose en los mismos agujeros que sus rivales; con alguna escenificación opositora para que no digan.

De una forma o de otra, también entró en ese juego Jerónimo Saavedra contra Aguilar que ya tenía, de por sí, bastante con el legado que le dejara el PP en el Ayuntamiento. Éste, sin duda, frena la gestión municipal y si a eso añadimos su actitud respecto a López Aguilar, tenemos algunos de los elementos que explican la decepción de no pocos votantes con el alcalde. Incluso de los que compartimos su intento de sentar las bases de la ciudad del futuro en el que no parecen seguirle demasiado sus propios concejales.

En cuanto a José Miguel Pérez, no me sorprende que haga su trabajo con discreción, sin hacer ruido y que vaya logrando cosas que, a pesar de ser importantes, pasan casi desapercibidas, lo que le ha evitado ser otra víctima directa del pim, pam, pum de las familias psocialistas.

Es muy improbable, y me parecería muy bien, que López Aguilar no se presente a las próximas autonómicas y locales de 2011. También es muy posible que tampoco lo haga Saavedra y no sé qué decirles de José Miguel Pérez, de quien tengo la impresión de que está en política de paso, no para quedarse.

Quiero decir, en definitiva, que los psocialistas han comprado ya todos los boletos para un próximo desastre electoral, que es su sino. Ellos sabrán. De momento llegamos a agosto sin que se aprecien indicios de cambio en un panorama donde tampoco se ve que pueda salir algo decente de sus principales contrincantes, CC y PP, que ni siquiera son buenas patas para un banco.

Así es si así les parece.