Si ellos lo dicen y les gratifica, así será. El orden de los factores no altera el producto, según. Aunque más bien parezca que Rajoy quiere escenificar su concepción centralista de la unidad de España y AOE haciendo que estos nacionalistas de pandereta la acaten hasta en los gestos. Si les va la marcha, estupendo. No están dispuestos CC y PP a que haya reforma electoral por lo que no sé para qué servirá la del Estatuto. Ni siquiera han considerado, oye, las sensatas propuestas de El Día para eliminar el “Gran” de Gran Canaria,enumerar las islas no por orden alfabético sino en virtud de su kilometraje cuadrado y hacer que la silueta de Tenerife en el escudo regional sea mayor que las demás. Sin esas modificaciones, piensa el rotativo, la reforma nacerá muerta.Dado que, por lo visto, en las decisiones sobre el REF y otras cosillas poco pintará el Parlamento canario, a tenor de las enmiendas estatutarias conjuntas de CC y PP de que hablan, debo deducir y deduzco que los mínimos esenciales que han logrado salvarse, al decir de José Miguel Ruano, serefieren a las escuelas de timple, a las de pulso y púa por extensión, al tratamiento de los catarros de la tortuga boba y a la cría en cautividad del pinzón azul y del capirote.Pero mejor es no adelantar acontecimientos y quedar a la espera de lo que salga. Y conste que no menciono este asunto porque me importe mucho ni poco el Estatuto de una autonomía fracasada y su reforma sino debido a la importancia que le dan los políticos.Y cambio de tercio para recoger la observación de un lector que considera quien me pasé hablando de Pacuco Guedes “en olor de multitudes”. Dice que no fueron más de cincuenta personas las que acudieron a jalearlo y tiene toda la razón al hacerme el reproche. En mi descargo diré que la intención era irónica. En realidad no sé a partir de qué número de personas puede hablarse con propiedad de multitudes olorosas, pero sí tengo claro que la cosa jeder, jedía.