Espacio de opinión de Canarias Ahora
Grecia perdió, Alemania no ganó
Creo que en esta partida entre Alemania y Grecia, los griegos perdieron pero los alemanes no ganaron. Visto lo visto, he llegado a la conclusión de qué para hacer la moderna revolución no hay que conquistar el Palacio de Invierno, ni tampoco asaltar al cielo, el camino correcto es controlar a la banca financiera y a los paraísos fiscales. Adolfo Hitler intentó conquistar Europa y el Mundo con sus tanques, pero afortunadamente fracasó, y Ángela Merkel intenta ahora hacerlo con sus eurobonos, y de momento va ganando terreno poniendo a Grecia al borde del k.o. técnico, con corralito incluido. Parece claro que mientras las fuerzas sociales de progreso, mismamente la izquierda, no logre socializar a la banca y a los paraísos fiscales, no se va a poder avanzar para la toma final del Bundestag, que no se me asusten, tendrán que hacerlo una socialdemocracia alemana auténticamente de centro izquierda y tal, La Izquierda (Die Linke) y Los Verdes, y por supuesto la izquierda europea de una forma pacífica y democrática, pero con firmeza.
Mientras en el Mundo mundial manden los presuntos delincuentes Christine Lagarde (FMI), Mario Draghi (BCE) y Jean Claude Junker (CE), la única solución es que las fuerzas sociales tomen en plan contable a todas estas instituciones, incluido el Deustche Bank de Ángela Merkel. Ya sé que lo pongo difícil, pero tengan en cuenta que Syriza en Grecia es una coalición de 13 (trece) partidos de izquierda y que en su debut parlamentario en 2004 sólo obtuvo 6 (seis) escaños, y ha sido en enero de 2015, once años más tarde de su andadura política parlamentaria, cuando ganó las elecciones. En las elecciones de 2012 fue cuando consiguió superar al PASOK de Giorgio Papandréu, el equivalente al PSOE español, y a partir de esa conquista ya dominó en la izquierda griega.
El embrión de Syriza fue el partido Synaspismos, lo que vendría a ser el Podemos español, que luego se fue coaligando con otros 12 (doce) partidos políticos, incluido un sector importante de los socialistas griegos del PASOK y de los comunistas del KKE. Digo todo esto porque a lo mejor Pablo Iglesias, que quiere asaltar el cielo él sólo, se podría quedar en el limbo o en el purgatorio durante algunas legislaturas, y yo con estas canas. Claro que todo está por ver, y también sería posible que la política en España fuese mucho más deprisa que en Grecia en cuanto a las posibilidades de la izquierda, y ahora mismo es impredecible el futuro político inmediato de cara a las próximas elecciones generales, pasando primero por las de Cataluña.
Aunque ya sé que a muchos de mis amable lectores les gustaría que me centrara más en los amores (políticos) de Fernando Clavijo con José Manuel Soria, y de los líos que están surgiendo en los nombramientos de segunda línea del Gobierno canario, viceconsejerías, direcciones generales, etc, etc, estoy de acuerdo con Román Rodríguez cuando criticó en la investidura de Clavijo que no se citara al problema de Grecia ni de pasada. Pero para no cansarles,, que estamos en verano y tal, direles que me da la impresión que Alexis Tsipras ha perdido en el pulso con las instituciones, pero Alemania no ha ganado. De momento la aceleración histórica como decíamos anteriormente va a una velocidad de vértigo, y hay datos positivos en la resistencia del Gobierno de Syriza, el primero que en 2011 cuando Papandreu planteó la posibilidad de un referéndum, fue destituido por un golpe financiero blando por parte de Merkel, y situó el tecnócrata Papadimos al frente del Gobierno de Atenas. Ahora el triunfante referéndum que ganó Tsipras hizo temblar al Deutsche Bank, al Banco Central Europeo, y al mismísimo Fondo Monetario Internacional, y Ángela Merkel lanzo todos sus eurobonos en un Blitzkrieg (guerra relámpago) económico/financiero que evitara una guerra de trincheras y de frente fijos bancarios en futuros conflictos con la Europa del sur, la gran víctima del austericidio, de los recortes, los ajustes y las reformas laborales. El referéndum griego desnudó, para vergüenza de todos los europeos, el uso partidista que Alemania hace de las instituciones. Pero la resistencia de Syriza y Alexis Tsipras, en contraposición con el entreguismo de Zapatero en 2011, creo que ha abierto una brecha en la gran coalición tácita de socialdemócratas y populares de Europa, que a partir de ahora creo que va a entrar en una nueva etapa de gran contestación, especialmente de los pueblos del sur europeo.
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