Homenaje a Fidel Castro en su 95 aniversario

Cualquier mes es bueno para nacer

y empezar a vivir

y agosto es un mes con el Sol bien alto

dando calor a la madre Tierra

y alentando el vuelo de la Libertad

Emilio Díaz Miranda

Un 13 de Agosto de 1926 nació Fidel Castro en la isla de Cuba y esa fecha se ha conmemorado de dos maneras fundamentalmente distintas: una desde el oprobio y el insulto; otra desde el recuerdo y el honor. También en Las Palmas de Gran Canaria han tenido lugar esas dos maneras de celebrar los 95 años del nacimiento del revolucionario y jefe de Estado cubano y universal.

Esta 13 de agosto fue un Viernes, como el nombre del compañero de Robinson Crusoe en la isla en que estaban aislados, ese aislamiento que pese a su poderío y agresiones múltiples no han conseguido los gobiernos norteamericanos imponer a Cuba. Decía Johnathan Swift, el autor de la novela de Robinson Crusoe, que: “Cuando en el mundo aparece un verdadero genio, puede identificársele por este signo: todos los necios se conjuran contra él.”

Fracasaron los necios que desde Washington y otras capitales del mundo capitalista se conjuraron contra el Fidel que “genialmente” liberó del yugo imperial, delante de las mismísimas narices yanquis, a la isla que habían convertido en prostíbulo y casino de la Mafia. Parte de esos necios han querido conmemorar en forma negativa el nacimiento de Fidel, en diversas capitales, entre ellas también en Las Palmas, rindiendo así, quieránlo o no, homenaje a su figura.

Así, puntualmente a las 19:30 de este viernes 13, desfilaron ruidosamente, gritando y haciendo sonar ruidosamente el claxon algunos coches lujosos y otros de segunda mano, ondeando la bandera cubana y profiriendo insultos frente a los locales sindicales de Comisiones Obreras en que se iba a celebrar un Homenaje a la figura de Fidel convocado por la Red de Solidaridad Canario-Cubana. En la Puerta del Sol, en Madrid y con un calor sofocante de 40 grados, también gritaron este viernes los hijos de la derrota del dictador Batista y enemigos del triunfo de aquella revolución cubana que sorprendió y conmovió a mundo en el año 1959

Cerca de los locales sindicales estaban dos policías uniformados, no sabemos si para protegerlos o si para proteger a los manifestantes motorizados anticastristas que con permiso gubernativo atronaban ruidosamente la calle del Primero de Mayo quizás rememorando su antiguo nombre de calle General Franco que así se llamaba en tiempo dictatoriales como los del dictador Batista.

El 8 de enero de 1959 Fidel Castro entró en una Habana que ya habían tomado las columnas de Camilo Cienfuegos y del Che Guevara. Casi ya a media noche, en la emblemática fortaleza Columbia, donde Batista había dado el golpe de Estado en 1952, el líder de la revolución pronunció un encendido discurso ante miles de cubanos. En medio del éxtasis general -«fue casi una misa», contarían algunos después-, avanzada ya la intervención, una paloma blanca revoloteó en torno a la cabeza de Castro y se posó en el hombro derecho del líder. «Hubo un silencio profundo», relató el periodista Luis Ortega, albacea de Luis Conte Agüero, secretario general del partido en el que militaba Fidel. Algunos, hasta se santiguaron. ¿Era una señal? «La gente pensaba que Fidel era un enviado de Cristo», se escribió. «El Espíritu Santo iniciaba una Epifanía posándose sobre Fidel», dijo Ernesto Cardenal, teólogo de la liberación amonestado por el Vaticano. Los católicos siempre han visto mucha carga simbólica en la paloma, asociada al Espíritu Santo según se ha dibujado en la literatura cristiana. Según Conte Agüero exiliado en Miami en su propia versión. «Habíamos empezado a entrenar a una paloma para que se posara sobre Fidel, para darle un toque de religiosidad al primer encuentro del gran líder y su pueblo, y darle un toque carismático». Se podrá creer esa versión, pero resulta difícil creer que antes de entrar en La Habana las tropas castristas se hubiera planeado y podido entrar una palóma tan rapidamente. En cualquier caso, siguiendo esa versión rocambolesca resulta que “ la paloma entrenada no se posó y escapó. Otra paloma, entre varias soltadas por el público, fue la que se posó sobre el hombro de Castro. Conte, que decía oficiar como «un sacerdote de la revolución», fue el más sorprendido.

En el Homenaje a Fidel de la Red Canario-Cubana hablaron diversas personas y organizaciones de diversas tendencias y países: cubanos, Saharahuis, palestinos, colombianos, salvadoreños y, por supuesto, canarios, por sindicatos como Esther Ortega de CC.OO o Carmelo Suárez del PCPC, alabando la generosidad y ayuda revolucionaria de la Cuba fidelista a los movimientos revolucionarios de todo el mundo como, por poner un único ejemplo, el de Nelson Mandela.

A mí, desde mi biografía y mi memoria, me despertaba este merecido Homenaje multiples recuerdos de la lucha contra el clericalfascismo impuesto por Franco, como en los mismos locales que antes eran del Sindicato Vertical donde se llegaron a celebrar reuniones masivas de protesta obrera como la de los huelguistas aparceros en los grupos de Carlos Suárez, el Látigo Negro, o de Comisiones Obreras con Augusto Hidalgo Champsaur y Emilio Díaz.

El impulso de la Revolución cubana fue desde su comienzo hasta triunfar en 1959 como una ola que avanza sobre la orilla de la Historia y retrocede como la resaca para volver a avanzar con renovados bríos. Bajo la soleada influencia, directa o indirecta, el grupo de la “Iglesia Cubana” que no era tal iglesia sino un grupo anticlerical y antifranquista se reunió en aquel año 1959 para tratar de salvar la vida de el legendario fugitivo antifranquista El CORREDERA, que había sido condenado a morir a “garrote vil” por los tribunales franquistas. Con ellos también del PCE Germán Pírez, Isidro Miranda y Agustín Millares Sall, el poeta Manolo Padorno, la escritora de “Mujeres en la Isla” Mercedes González de Linares, y el abogado y campeón ajedrecista Fernando Sagaseta. Aquellos esfuerzos fueron inútiles: el Corredera, Juan García el Nuestro, fue ejecutado, pese a la intervención del obispo Pildáin y Zapiain.

Pero de la indignación por aquel crimen así como del impulso político recibido por el triunfo de Fidel Castro con su Cuba Libre surgió el movimiento de Canarias Libre que lideró Fernando Sagaseta junto al grupo de la “Iglesia Cubana” y otros: Arturo y Jesús Cantero, Manuel Bello, Andrés Alvarado, Manuel Vizcaino, Luis Alsó, Armando León y un largo etcétera. Las palabras de Antono Gramsci, fundador del PC de Italia al que Mussolini quiso silenciar para siempre parecieron inspirar a los activistas de entonces contrarios al discípulo dictador de Mussolini : “Instrúyanse, porque necesitamos toda nuestra inteligencia. Conmuévanse, porque necesitamos todo nuestro entusiasmo. Organícense, porque necesitamos de toda nuestra fuerza.” Antonio Gramsci.

El movimiento de Canarias Libre duró poco, de 1960 a 1962, pero la semilla de la revolución cubana siguió germinando en nuestras islas ya que diversos movimientos culturales como Latitud 28 de Tony y Jose Luis Gallardo siguieron aquella senda del Comandante, hasta que cayeron detenidos en Sardina del Norte (Gran Canaria) por defender a los trabajadores y aparceros de la zona.

EL DIARIO LA REPUBLICA de URUGUAY destacó en su momento la contribución del líder cubano, Fidel Castro, a un mundo de paz con el envío de médicos, maestros, educadores, deportistas y artistas a países de los cinco continentes. Una generosidad del gobierno cubano continuada tras la muerte de Fidel especialmente apreciada en estos tiempos de Pandemia.

El citado diario contrastaba esa actitud “mientras otros gobernantes, incluso premiados con el Nobel de la Paz, se dedican a exportar marines y arrojar misiles y bombas poco inteligentes sobre pueblos arrasados, y paralelamente se consagran a saquear sus recursos naturales y humanos”. Un Nobel dado previamente a cualquier actividad meritoria ha sido el del presidente Obama por ser candidato negro vencedor, pero no por haber creado condiciones nuevas de paz en el mundo.

El líder cubano alzó siempre su voz en defensa de todas las causas justas, “siendo vocero en muchas ocasiones de los intereses de los pueblos de países del Tercer Mundo en distintos escenarios”. Habrá que recordar las palabras de su hermano el ex-Presidente Raúl Castro, cuando afirmó que “las revoluciones sólo avanzan y perduran cuando las lleva adelante el pueblo”.

Después de las recientes presiones y acciones organizadas desde Estados Unidos hay quien afirma que “la libre determinación del pueblo cubano se mantiene hoy en la defensa de la nación frente a las agresiones extranjeras”.

La mayoría de los países de la ONU han pedido el cese del bloqueo a Cuba con los únicos votos en contra de EEUU e Israel. Otros -más enérgicamente critican “el bloqueo criminal que ha mantenido EEUU sobre Cuba durante los últimos 60 años, prohibiendo alimentos, medicinas, exportación azucarera, además de haber intervenido sistemáticamente para evitar u obstaculizar el comercio y la obtención de asistencia por parte de gobiernos, instituciones y ciudadanos de otros países y organismos internacionales.”

Las sentidas y emocionadas palabras de Elsa Agramonte Hernández, Consul General de Cuba en las Islas Canarias, recordando su niñez y el compromiso político de sus progenitores remachó el compromiso de las nuevas generaciones. La Revolución cubana tiene el reto para permanecer y seguir adelante en la lucha pese a los escollos, con el legado del comandante Fidel Castro como soldado de las ideas, sirviendo de guía en la batalla de los cubanos y de los pueblos latinoamericanos que marchan hacia el futuro.

Fidel Castro murió y no alcanzó los 95 años, pero como se decía del Cid Campeador que seguía matando enemigos incluso después de muerto, así se dirá de Fidel Castro al menos si escuchamos el ruidoso claxon de los anticastristas que como el ladrido de los perros hacía decir a don Quijote: “Ladran, luego cabalgamos, Sancho amigo!”

Se podrá estar de acuerdo o no con la Revolución Cubana, pero sin duda en los corazones de muchos revolucionarios de todos los colores y razas, de todas las nacionalidades y lenguas todavía galopan los ideales y el ejemplo de Fidel Castro.