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Intervenciones USA: ¿Factor de paz? por Miguel Leal Cruz
La escalada en Iraq, principal problema junto a otros, no parece tener fin según apreciamos hace pocos días en un sólo atentado resultaron muertos y heridos más de 200 personas (próximo a 10 mil fallecidos desde el inicio), pero para hoy (6 julio) otro criminal atentado deja igual o superior número de víctimas en una de las facciones del litigio. El presidente de la gran potencia mundial anuncia continuar la guerra (nuevo recrudecimiento por ambas partes) con autorización del Congreso que aportará refuerzos en hombres y material bajo pretexto que no tenga lugar un segundo Vietnam, tan poco favorable para los intereses de su país y de la zona. Tampoco lo fue para el equilibrio geopolítico mundial en aquel momento (auge comunista, regímenes criminales, Camboya...), como ahora en éste (auge del islamismo radical) en lo que algunos observadores vaticinan como la tercera Guerra Mundial entre islamistas y no islamistas. En el periplo por varios países europeos en visita política impensada hace años, intentó justificar sin mucho éxito (según editoriales del momento) las nuevas medidas que el Congreso le facilita para resolver el problema, preocupante para todos Dicho enfrentamiento en el Golfo Pérsico, antes iniciado en Afganistán (tampoco resuelto y de nuevo enconado), es la consecuencia de una guerra aún no finalizada contra el fenecido Sadam Husein (ahora contra los incondicionales portadores de un fanatismo religioso jamás igualado en otras creencias), guerra esta que fue gestada y patrocinada por el padre del actual presidente norteamericano. En tal situación se ha dicho aparecen como principales protagonistas los poderes fácticos del gobierno republicano en los Estados Unidos que son los jefes de los acuñados como gendarmes del mundo. Recordamos que en octubre 2003 tuvo lugar en Madrid la llamada Conferencia de Donantes para la reconstrucción de Iraq con aportación económica de diversos países interesados entre ellos España comprometida en aquel momento con la política seguida en dicho país. Los empresarios, para contribuir en el saneamiento económico, exigían más seguridad y garantías ante la grave situación por la que atraviesa las principales zonas objeto de inversión y en dichos momentos.Sin embargo, continuaban (y continúa) las dificultades, ahora preocupantes. No obstante, la guerra y consecuente ocupación de Iraq tuvo lugar en un ambiente político internacional y regional desfavorable. Encontraron fuerte oposición de parte de países que incluso habían sido tradicionales aliados (España con el presidente Aznar se integraría incondicionalmente ) No pudieron lograr apoyo de la ONU para su acción y perdieron la batalla en el Consejo de Seguridad, como apuntaba el embajador cubano exiliado desde Iraq a la llegada de las fuerzas ocupantes, Gómez Abascal (artículo publicado en Revista Tricontinental); Por primera vez después de concluida la Guerra Fría se creó un polo de importantes países -Francia, Alemania, Rusia, China, Canadá, Bélgica- que se opusieron a la política norteamericana y no aceptaron sus falsos (sic) argumentos, posición que fue compartida por la inmensa mayoría de la Comunidad Internacional y especialmente por los países del Tercer Mundo. Este polémico país a diferencia de la guerra en 1991 no logró crear una coalición creíble para llevar a cabo sus planes bélicos tras varios acuerdos y resoluciones de la ONU, y sin el apoyo de países que se habían opuesto a la intervención. En la citada guerra de Vietnam tuvieron tal cantidad de dificultades por la ayuda material y humana (precisamente de China, pretendido heredero) a los comunistas que optaron por dejar este teatro de operaciones y, por ello, considerada la primera derrota del gran coloso en sus más de doscientos años de Historia. La presencia actual en Iraq, sin grandes apoyos de foros mundiales hasta ahora (a pesar del periplo europeo), parece recibirá el apoyo de países inmersos en la dinámica de la paz y equilibrio geopolítico mundial así como en la lucha contra el terrorismo internacional. Se ha de reconocer (y aceptar sin otra alterntiva, ahora) la supremacía de los Estados Unidos como auténtico gendarme para el mundo actual (recordemos efectivas y positivas intervenciones en las dos guerras mundiales que adelantaron la paz , y hasta la fecha en toda la geografía mundial: Cuba, Rep. Dominicana, Chile, Panama..., muchas veces en su propio beneficio). También se reconoce que en la actualidad es muy difícil llevar a cabo el siempre difícil papel de policía por la gran cantidad de contradicciones que encierran las propias leyes, en este caso las de la Organización Mundial de las Naciones Unidas, a veces en pugna con los intereses específicos de cada estado soberano. La presencia de Estados Unidos en los teatros conflictivos del mundo actual (antes contra el patentado peligro comunista, ahora contra el islámico radical), aún con sus defectos, ha de considerarse siempre más positiva que negativamente para el dicho equilibrio geopolítico. Como igualmente es siempre necesaria la intervención de la policía (o de los ejércitos) para imponer el orden en cualquier estado de derecho.
Miguel Leal Cruz
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