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Mazotti, mi hermano Alejandro sigue en la cárcel por Fernando Navarro Miñón
(El autor de la noticia ha tenido dos lapsus en este primer párrafo, olvidó añadir al término prisión, preventiva y preceder presunta, al término implicación, lo cual es muy importante, porque induce a error en la comprensión del lector).
La noticia es escalofriante por el daño que esta suspensión de pagos está produciendo a tantas personas. Pero, ¿qué es lo que ha pasado? ¿Alejandro Navarro, propietario de Mazotti ha huido, ha abandonado sus compromisos con todos estos afectados, ha descuidado las obras que Mazotti tenía en marcha y sus obligaciones con las empresas colaboradoras? No, de ningún modo, lo que ha pasado es que está en la cárcel, en prisión preventiva desde hace casi cinco meses, a pesar de los recursos elevados al juzgado y al tribunal de apelación, pidiendo su libertad, recursos que han sido desestimados, sin que nadie pueda entenderlo, porque las reiteradas desestimaciones, en opinión de muchos abogados, no se justifican, porque no concretan claramente lo referente a las causas que invocan: riesgo de fuga y posible destrucción de pruebas.
La prisión preventiva está prevista, así hay que entenderlo, sobre todo para casos de presunta peligrosidad social, pero su aplicación es muy delicada porque cabe error, puesto que no es el resultado de un juicio, en el que la sentencia se produce después de un procedimiento complejo, en el que hay que probar la culpabilidad del acusado para imponerle la pena de prisión. Esta inexplicable prisión preventiva ha producido esta catástrofe en cascada.
Mazotti ha venido sufriendo el injustificado retraso de los pagos de las Administraciones Públicas por obras avanzadas o terminadas, que repercutía en su falta de liquidez para pagar a sus proveedores y empresas colaboradoras. Y esto lo tenía que resolver con costosos préstamos de bancos. Al haber sido encarcelado, los bancos le han negado los préstamos necesarios para cumplir sus obligaciones como siempre hizo, algunas veces bailando en la cuerda floja. Si Alejandro Navarro hubiese estado en libertad, aunque fuese con fianza, si así lo hubiera dispuesto el juzgado encargado del caso, no se habría producido este desastre en cadena.
Dice la noticia que se ha creado una plataforma para buscar soluciones a la crisis. En mi opinión, si la plataforma se plantease como primer objetivo conseguir que Alejandro Navarro recuperase su libertad, sin plantearse su inocencia o culpabilidad, (no hay que olvidar que está en prisión preventiva), él podría favorecer mucho la situación porque es hombre de recursos y de energía suficiente para hacer frente a las mayores dificultades. Para hacer justicia estan los juicios. Cuando se produzca el que le afecta habrá tenido tiempo de haber hecho las previsiones necesarias.
Esta prolongada, inexplicable y en mi opinión injustificada privación de libertad, sin previo aviso y sin juicio ha sido sin duda la causa directa de estos enormes perjuicios en primer lugar para su empresa y como consecuencia para sus colaboradores.
Pero de esto no se ha comentado nada en tantas noticias que se han publicado.
Fernando Navarro Miñón
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