Espacio de opinión de Canarias Ahora
De la opereta a don Telesforo
Quedó claro, pues, que la luz verde a la guanchancha fue el precio pagado por Zapatero a cambio de los votos en el Congreso de los dos diputados nacionaleros canarios. Lo que quiere decir, en otras palabras, que ni al uno ni a los otros los movía el interés general sino el partidista, mercanchinfleo incluido, con el resultado de un cuerpo de policía que, como mucho, sirve para hacer bonito en posición de firmes el Día de Canarias mientras suena el Arroró, la nana que la ironía de alguien convirtió en himno de Canarias; por si queda por ahí algún isleño despierto.
Otrosí, la celeridad con que se dictó sentencia en el nuevo episodio, al que seguirán unos cuantos más, de la serie “Don Pepito contra el imperio de la Justicia colonialista”. Acababa yo de colgar el comentario de ayer sobre el asunto y hete aquí que me entero de que ya estaba la sentencia. Así no se puede trabajar. Ante tanta rapidez se me ocurrió que sería la condición de la demandante, Angela Mena, esposa del presidente Paulino, la razón de tan extraordinaria diligencia. Aunque también pensé que igual estaba el asunto tan claro que no meritaba la pena la demora acostumbrada. Había una tercera posibilidad que descarté: la de que se tratara de un juicio sumarísimo encubierto al ser el demandado editor-director de El Día, es decir, un simple guanche que pretende subirse a las barbas de la Madre Patria y proclamar el menceyato.
Metido en el menester de hurgar en los periódicos encuentro al inversor Alessio Rastani que, según dijo en la BBC, sueña por las noches con recesiones que le hagan ganar dinero. El hombre reflejó el tipo de ética que ya encontró algún acomodo en la Constitución española y no entiendo el cierto escándalo que provocó. La ministra Elena Salgado se sintió obligada a calificarlo de loco con olvido de que los niños, los borrachos y los locos suelen decir la verdad. Bien sabemos que hay quienes se están forrando con la crisis a costa del resto del mundo por lo que no dijo Rastani nada nuevo. Pero, claro, una cosa es que se sepa lo que hay y dos cosas decirlo en público con tanto entusiasmo. De ahí el escándalo.
Ya puesto, registro aquí la nueva reivindicación pauliana de la superioridad de la Universidad de la Vida; con su master para vivillos. Dijo, de nuevo en referencia al mandamás de la tele autonómica, que hay gente sin estudios que le da dos vueltas a quienes tienen dos carreras. Pudiera ser aunque, qué quieren, dudo que sea el caso de Willy García del que ni siquiera se sabe si progresa normalmente.
Traigo a colación la reivindicación presidencial frente a Oxford, Harvard, La Sorbona, Salamanca y alguna del Opus, que haberlas háylas, porque me recordó una anécdota oída en Tenerife hace muchos años que siempre consideré leyenda urbana. Dicen que un día don Telesforo Bravo, aquel entrañable científico, se empeñó en explicarle a cierto lugareño de tierra adentro el funcionamiento de los acuíferos subterráneos. Cuando acabó, el hombre lo miró de arriba abajo con cara de no creerse nada y sacó su conclusión: “Mire, don Telesforo, me parece que usted sabe tanto de aquí para abajo como los curas de aquí para arriba”. La Universidad de la Vida en vivo, sí señor. Nunca sabré si el lugareño ocurrente era de El Sauzal.
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