Espacio de opinión de Canarias Ahora
Periodismo precario
Los convocantes (aquí, en España, la FAPE, CCOO y UGT) de los diversos países de la UE explicaron públicamente cuál es la situación del gremio de informadores. Y se ha dado la curiosa circunstancia, de que en pocos medios ha aparecido esa información. Una paradoja significativa. Lo que se busca no es sólo acabar con la precariedad en el empleo, sino asegurar también la libertad de expresión. Los dos factores más preocupantes para alcanzar tan loables objetivos son que las empresas tienden a reducir gastos y que los Gobiernos recortan cada vez más los derechos fundamentales de los ciudadanos amparados en la excusa de la seguridad. Frente al terrorismo, por ejemplo. Que de tener que despelotarnos en el aeropuerto, a despelotar de contenidos peligrosos o sensibles la información puede no exista más que un paso. Tremendo, pero un paso al fin.
No obstante, el Periodismo sigue alimentando infinidad de vocaciones. Es una de las carreras más solicitadas, quizás, porque en teoría, tiene un halo de romanticismo y de aventura con un toque acaso quijotesco que, luego, en la práctica, se da de tortas con la terca cotidiana y prosaica realidad.
En cualquier caso, es éste muy mal pagado por lo común y en el que cuesta muchísimo trabajo y, a veces, tiempo, escalar hasta las humildes cimas de la dignidad salarial. De ahí, el salto a la relativa estabilidad económica puede llegar más fácilmente. El éxito y el estrellato son otras cuestiones. Uno de los disgustos más grandes que lleva un periodista ?y es bastante habitual- es que su hijo le confiese un mal día, tan feliz porque ha descubierto su vocación, que quiere seguir los pasos laborales del progenitor. Al disgusto sigue, invariablemente, un intento por parte del padre de quitar tan disparatada idea de la cabeza de su descendiente. Si logra que el joven obcecad, además de Periodismo, si se empeña, estudie otra cosa que, de verdad. Le permita vivir sin apuros, podrá considerarlo una victoria en aras del futuro del ser querido.
Dirá el que, cuando menos, hay periodistas que disfrutan de los privilegios de su profesión y no se meten en líos: los gastronómicos. No lo crean. Decía Xavier Domingo, y lo actualizo: “No se imaginan la cantidad de caviar, reducciones, foies y exquisiteces que ha de tragarse uno para poder llevar el potajito a casa”.
José H. Chela
Sobre este blog
Espacio de opinión de Canarias Ahora
0