El plan de empleo para residentes

Todas las fuentes estadísticas recogen un aumento considerable de la capacidad de nuestra economía para generar empleo. Tanto el registro de la Seguridad Social como la encuesta de población activa son contundentes. Un incremento medio anual de 22.200 trabajadores, además con una característica relevante: el empleo creado se ha diversificado en los sectores económicos, y mejor aún, determinados sectores estratégicos y emergentes han sido sus protagonistas. Servicios a las empresas, educación y sanidad, son las actividades productivas con mayor crecimiento de empleo. Paralelamente, las actividades tradicionales de comercio, construcción y hostelería también han aumentado el número de puestos de trabajo.

La capacidad de generar empleo es mayor en Canarias que en el conjunto de España. En el último año aumentaron en Canarias el número de afiliados a la Seguridad Social en 17.798 personas, cifra que representa un aumento del 2,27% frente al 1,37% del índice registrado en el Estado. Otro aspecto positivo de esta evolución es que desde 2001 a 2007 el número de mujeres ocupadas ascendió a 126.900, lo que supone un 50,7%, el cuarto incremento más alto de España, cuya media fue del 40,6%. Y el número de trabajadores menores de 25 años subió en 4.700, es decir, un 5,5% más, la séptima subida más alta registrada en España.

Canarias ha aumentado la tasa de empleo aún soportando una mayor presión demográfica que el conjunto de España, en gran medida como consecuencia de la continua llegada de inmigrantes extranjeros, comunitarios y extracomunitarios. La tasa de actividad de los residentes extranjeros esta cerca del 70%, superior a la de los residentes o nacidos en Canarias, que es del 55%. Este diferencial de quince puntos es el que quiere mejorar el Gobierno canario.

Son múltiples las razones por las cuales es necesario poner en marcha un Plan de Empleo para los residentes en Canarias. El principal objetivo pasa por impulsar medidas para impedir que un conjunto de personas que residen en Canarias y que llevan años condenadas al desempleo, puedan salir de esa situación. En este caso, esta bolsa de desempleados tienen varios factores comunes, tales como, estar menos formados que los recién llegados o tener más cargas y responsabilidades familiares que le impiden acceder a puestos de trabajo que exijan movilidad, ya sea, hacia otros municipios al del habitual de residencia o hacia otras islas. Son personas con dificultades que merecen que la Administración Pública Canaria les busque soluciones concretas para acceder a empleos que se concentran en zonas muy determinadas, muchas veces alejadas del lugar en el que viven.Las políticas de empleo, por tanto, deben seguir alentando la empleabilidad de las personas que residen en Canarias.

Llamemos a las cosas por su nombre, últimamente en Canarias, parece que hay algunos a los que les interesa que se hable poco claro para que reine la confusión. Se trata de medidas para evitar la discriminación, se trata de medidas para favorecer la cohesión social de los que aquí viven, una bolsa de unas 100.000 personas que entre todos tenemos que conseguir puedan acceder al empleo.

Ha dicho el futuro Secretario General del Partido Socialista en Canarias que Coalición Canaria no es Nacionalista. No es cierto, pero lo que es evidente es que el PSC no lo es y, evidentemente, no lo quiere ser. La nueva alianza nacida del rencor: PSOE- Nueva Gran Canaria, no parece que haya nacido para defender los intereses de Canarias, más bien todo lo contrario.

Es incomprensible que este plan sea tachado de xenófobo e inconstitucional cuando hay planes como el anunciado por el presidente del Gobierno de España, José Luís Rodríguez Zapatero, para facilitar el acceso a la vivienda en régimen de alquiler, que indica que sólo se pueden acoger a las subvenciones planteadas los residentes que demuestren residir en España los últimos cuatro años.

La capacidad limitada de Canarias para asumir más población, (el Archipiélago incrementó un 30% su población en los últimos 15 años) y mano de obra es una realidad incontestable, que debe ser tenida en cuenta por las administraciones no solo Canaria, sino Estatal y Europea.

Si echamos una mirada rápida, en lo que ocurre en otras partes del mundo, nos encontramos que ya en el 2002, el presidente del Consell de Treball, José Antonio Gómez-Cid, manifestó su preocupación ante “las tasas de paro en Cataluña, muy importantes” y aseguró que “primero son los parados de aquí, colectivos muy especiales como las mujeres y los mayores de 40 años, y después van los inmigrantes”.

O esta otra noticia que proviene del Principado de Asturias, que anuncia que el Gobierno «dará prioridad» a la contratación de parados asturianos frente a los inmigrantes y que negociará en el próximo pacto social fórmulas para primar la mano de obra de la región .El director del Servicio Público de Empleo insta a las empresas a “formar y retener” a su personal.

O la reciente noticia en relación al primer ministro británico, Gordón Brown, que se ha fijado el objetivo de cubrir con ciudadanos nativos al menos medio millón de los 650.000 puestos de trabajo vacantes en estos momentos en el país, presentando para ello y ante los sindicatos un Plan para fomentar la contratación de trabajadores británicos que siguen marginados del mercado laboral a pesar de las vacantes existentes.

Ante esta situación, debemos poner en marcha mecanismos que permitan que los canarios puedan tener más facilidades a la hora de acceder a un puesto de trabajo.

Dicho con mayor claridad, no estamos perdiendo los papeles si decimos que el objetivo del Gobierno canario debe poner en marcha una política de empleo capaz de reducir las tasas de desempleo y hacer desaparecer esa bolsa de 100.000 parados que nos persigue en los últimos 15 años o ¿es que acaso cabe pensar que algunos agentes y formaciones políticas no están interesadas en reducir el número de desempleados en Canarias?

Tener iniciativas dirigidas a fomentar, con acuerdos con empresarios y sindicatos, la contratación de desempleados con tres o más años de residencia en Canarias y de aquellas personas que estén finalizando sus periodos de formación o de los alumnos universitarios recién graduados en Canarias, para que no tengan que emigrar no es vetar a nadie, tal como se ha insinuado en alguna ocasión, sino dar una oportunidad a la gente que vive en Canarias: a los nacidos aquí y a la gente que reside en las Islas.

La exclusión social y la pobreza no solo está en los que vienen de fuera también está el los que aquí viven. La estrategia europea de empleo pretende convertir a la Unión en una economía basada en el conocimiento, capaz de sostener más y mejores empleos con mayor cohesión social. Quien crea que Canarias puede avanzar en cohesión social sin buscar soluciones a los parados y paradas que aquí viven es un insensato.

(*) María del Mar Julios es presidenta de Coalición Canaria en Gran Canaria.

María del Mar Julios (*)