Espacio de opinión de Canarias Ahora
Otra de pobres
Es una barbaridad. Pero, también es una barbaridad que la media nacional de compatriotas que las pasan económicamente canutas se sitúe a una décima escasa del 20%. Sin embargo, uno ?y el gobierno, supone uno- se consuela ignorando que significa exactamente ser pobre para quienes realizan este tipo de estudios: en esta ocasión el Observatorio Social de España que da a conocer sus conclusiones en la publicación La situación social de España II. Quiero decir que hay pobres y pobres. Están, claro, los de pedir limosna, que esos parece muy claro que lo son, pese a las leyendas urbanas de colchones plagados de chinches por fuera y rellenos de billetes de curso legal por dentro. Pero, luego, tenemos a los mileuristas (un 40% de la población, oigan). ¿Se puede incluir a los mileuristas en la categoría de pobres?... Resulta evidente que, desde la perspectiva de las empresas, de la patronal, no, porque es la que fija esos sueldos, convencida de que con esa ridícula pasta se puede vivir. Para la familia del mileurista, sí. Un mileurista consciente o se define a sí mismo como pobretón de solemnidad o es un hipócrita, un optimista o tiene otros ingresos que no revela a la familia. Los mileuristas jóvenes tendrán ahora, por lo menos, el espaldarazo económico de esos quinientos euros para alquiler, que les permitirán salir de estrecheces. Pero, ¿y los mileuristas cuarentones o cincuentones y los jubilados que ni siquiera llegan al mileurismo y que YA viven en pisos de alquiler?...
En fin. Lo de la pobreza de cada cual ?informes demoscópicos aparte- tiene también su buen componente subjetivo. Hay quien se considera pobre porque carece de posibles para comprarse un coche de lujo o un chalé de tras pares de narices en un exclusivo espacio costero (si es que quedan). Lo que viene a confirmar aquello de que el bienestar económico consiste en adaptarse a lo que uno tiene o gana mensualmente. Pero, eso era antes. Ahora, en una sociedad donde la riqueza es el símbolo del éxito y la meta de cualquier trayectoria personal, adaptarse equivale a resignarse. Y aquel refrán que loaba la humilde frugalidad ?soy pobre, pero honrado- ha variado y se masculla sólo para tragarse una íntima frustración: soy pobre y, encima, honrado. Negro porvenir, o sea.
José H. Chela
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