La prostitución y el chulo de compañía

Del mismo modo, detrás de esta respetable profesión, muchas son las mafias y organizaciones que controlan las actividades de muchas mujeres que generan beneficios a costa de “vender” sus cuerpos a cambio de recibir una cierta cantidad de dinero. Mujeres, que se ven presionadas y acosadas por sus respectivos chulos, bandas y organizaciones mafiosas. Así mismo, muchas son las viviendas que actualmente hay en Canarias dedicadas al mundo de la prostitución y prueba de ello son las cantidades de páginas eróticas que dedican muchos medios escritos de Canarias al mencionado tema. Sin duda, toda publicidad, incluyendo la erótica, genera mucho dinero para cualquier medio de comunicación o empresa privada. Incluso, para patrocinar un determinado deporte de nuestra tierra.

Por todo ello, los que normalmente suelen criticar esta antigua profesión y a las personas que la ejercitan, también son cómplices de fomentar la prostitución, sobre todo cuando llevan en sus ropas deportivas el nombre de la empresa y números de teléfonos de las casas o edificios de determinadas “casas de citas”. Ellas, esas mujeres que en muchas ocasiones de la vida suelen ser discriminadas y despreciadas por una gran parte de las sociedades europeas y del mundo islámico por ejercer la prostitución, también son víctimas de los llamados “chulos” de protección o de compañía. Una profesión, rodeada de muchos peligros y vicios tales como: drogas, alcohol, chantajes, dinero, contratos de trabajos, mafias, bandas, violencia de género y crímenes. Sin duda, una profesión dura y de corta vida “laboral”.

Actualmente, Canarias mantienen un importante número de personas que ejercen la prostitución en viviendas privadas, donde muchas de ellas vienen de otros países con un límite de días o semanas; para más tarde abandonar España-Canarias, con destino a otro país. De ello, de esas mujeres que viven de la práctica de la prostitución, se aprovechan los otros llamados: “carroñeros”. Es decir, los clásicos estafadores y oportunista que viven de muchas mujeres desesperadas por encontrar un pasaporte, un contrato de trabajo y unos papeles que les permitan alargar su estancia en nuestra tierra o quedarse definitivamente. A cambio, y de entrada, les piden una cierta cantidad de dinero importante para comenzar el “papeleo”, lo que luego resultará ser una estafa o un timo.

Aquí, en Canarias, aún quedan algunos de éstos “carroñeros”, estafadores sin escrúpulos, los cuales siguen burlando a la Justicia con habilidad y técnicas mafiosas. Por todo ello, la publicidad erótica en los medios de comunicación puede resultar peligrosa en una juventud carente de escala de valores, pero más aún lo es el mundo digital de Internet. Ellas, esas trabajadoras del mundo sexual, son las verdaderas víctimas de unas sociedades morbosas y necesitadas de fantasías e imaginación sexuales y que curiosamente se convierten en jueces de la vida de los demás.

Rafael Lutzardo