Espacio de opinión de Canarias Ahora
Del respeto personal y político
Tal y como lo siento lo expreso. Puede que esto me lleve a escribir lo que pienso y no piense lo que “debería” escribir. Pero es que el hartazgo más profundo, siempre proclive a empeorar, llena el alma de cualquier ciudadano de este Estado al que yo prefiero llamarlo España, le duela a quién le duela.
En los primeros años de la transición, modélica en el sentir de muchos, aunque ahora se matiza mucho más allá de lo deseable, pude escuchar como sin el menor sonrojo, el señor Guerra, Alfonso, tildaba de tahúr del Missisipi nada menos que al presidente de gobierno, don Adolfo Suárez, no escondiendo el calificativo de “mentiroso” que también pronunciara el señor Carrillo, ilustre pensionista actual “ ad vitam” por aquello de su alta participación con bisoñé en el proceso democratizador español.
Hasta algún mentecato hay, políticamente hablando, que presumiendo de republicano se sienta “rey” de lo sombreros.
Reconozco mi perplejidad y enfado por la pérdida de las llamadas “buenas costumbres”.
La cara embadurnada en una piel con tendencia a la morenez, algo más sebácea de lo habitual y una escasa cantidad de pelo nacida en su cabeza, con la mirada de reojo y el ademán firme y mirando de frente a la presidencia del Senado, se dirigió el señor Pío al presidente de gobierno en unos términos que ni en la transición ni ahora me lo harán digerir como “políticamente aceptable” porque son términos y adjetivaciones que sólo mancillan la boca de dónde salen.
La respuesta del señor Rodríguez Zapatero, fue contundente la par que, curiosamente, su talante, empezaba a desvelar un magnificente estado de enfado. No creo que le gustara al presidente adjetivos como amoral, indigno, mentiroso (nuevamente como entonces) y que sé yo cuantas lindezas más y le envainara la espada, en un ejercicio opino que veraz, que el deseo primero y último del partido al que representa el señor Pío es el abandono de la presidencia de gobierno del señor Rodríguez Zapatero y convocatoria de elecciones. Pues si que estamos para gastos. Estos totorotas, políticamente hablando, descubrirán la ley de la gravedad en poco tiempo; lástima que se les adelantara Newton.
Me extraña que este señor Pío perteneciente a la alta y familiar casta política no aprendiera buenos modales de sus ancestros.
La situación actual, de crispación política y del correspondiente desafecto popular (de pueblo) con el colectivo político,- por fin se han dado cuenta-, no está en el contenido de este artículo. Menos aún la situación económica que hasta el mismo gobierno italiano tiene que coger por dónde más duela para sanearla. No somos los únicos en esta pendiente económica financiera, por más que se empeñen los populares (populistas del PP)
Las directrices económicas del gobierno español están cuajadas de idas y venidas, tienen todo el aspecto de estar noqueadas.
Hasta la ínclita señora Barberá del Popular partido en Valencia, amiga a muerte del señor Camps, ha vertido manifestaciones en la que involucra a la señora del presidente de gobierno, dando puntadas sin hilo contra su persona, ajena a la política.
La señora Rita, mientras su tintado presidente del partido se “esconde en caracoles”, saca pecho, alza la vista al sol y un leve ademán pondría de manifiesto que le gusta aquello de “prietas las filas” y “montañas nevadas”. Le noto una voz cada vez más bronca.
Parece ser que en España todos somos seleccionadores nacionales de fútbol; pero no es menos cierto que todos somos economistas, todos tenemos recetas para salir de esta obligada situación a la que nos aboca la Comunidad Europea con el euro como moneda.
Y si hay presidentes que, contrariando su ideario, prefieren el infierno de las críticas más atroces y mordaces me siento en la obligación de considerarlo un patriota en sentido estricto. Errores ha cometido y lo que nos queda por ver. Pero lo que no tiene excusa es que en esta situación no haya caracol que saque sus cuernos al sol, arrime el hombro, y por si fuera poco, tirotee al capitán de la nave. Eso no es de recibo, importándome un bledo lo que hagan en otros países.
Se equivoca en su estrategia este partido popular, más bien una amplia facción del mismo, que se guía por el lema de “cuanto peor, mejor”, y si continúan haciendo leña del tronco presidencial, lo que conseguirán es que la izquierda, siempre amiga de castigar a los suyos electoralmente con la abstención, se le inflen las pelotas y vaya a muerte con el partido socialista y ganen nuevamente las elecciones. Siempre en clave de elecciones se mueve la ficha de este dominó; pues a ver si tiramos el jueguecito a la papelera y nos ponemos las pilas de larga duración para sacar a España de este atolladero, comunistas conversos incluidos, nacionalistas e independentistas y gente de buen vivir.
Vayamos a las “bolsas de basura” marbellíes; lo que hay dentro es suficiente para sanear la economía que, tan boyantemente nos dejó el señor Ánsar, altoparlante desde púlpitos extranjeros, y de la que tanto se precia un espécimen salmónido que dejó agujeros en ayuntamiento y cabildo que gobernó desde la modestia de seis escalones “por cima del pueblo”. Se escapan los bancos, ofertando un 4% de interés para destrozar las Cajas de Ahorros, sobre la base de la libertad de mercado; eso si que es una desvergüenza.
Del ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria baste decir que quién elabora el recibo del I.B.I. no sabe hacer cálculos simples o voluntariamente omite el incremento del coeficiente aplicable por este deslustrado ayuntamiento que mantiene en cifras del 2009 cuando a final de cuentas el aumento es de un treinta por ciento, ni más ni menos.
Sirva de consuelo que el IBI es el cincuenta por ciento de los ingresos de los ayuntamiento. La receta es fácil y el coste político es que si no hay una alternativa madura, valiente, cortés y de buenas maneras, nos tendremos que tragar otra legislatura de “bel canto”.
Todo cuanto he escrito se acoge al “políticamente hablando” que permite, a tenor de lo oído, escribir cualquier adjetivo sobre cualquier político.
Pues dicho queda: este joven Pío, doña Rita, don Caracoles, doña Cospedal (ahora DE COSPEDAL), el Salmón, y la púber Soraya S.de S. si que arriman el ascua a la sardina del modelo conductual del electoralismo. En los gobiernos socialistas algunos prefieren el “canto del cisne”.
Pues pudiera ser que el popular partido se dé con el boomerang en las narices como ocurrió con la guerra de Irak, cuando Ánsar dijo aquello que “iban a arreglar el problema de Palestina”.
Esto no hay por dónde cogerlo, políticamente hablando.
No puedo evitar el sonrojo de las dos Españas enfrentadas, maleducadas, alentadas por los voceros que asientan su posaderas en la Libertad conquistada.
Conviene el sosiego y como para muestra un botón, aplaudo al Presidente del Senado que ayer dio una lección a tanto chibichangaboba, políticamente hablando, que “personalmente” respeto a cada cual.
Carlos Juma
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