Soria, en horas bajas

Larry Alvarez dijo que Soria no es imprescindible, una obviedad porque ni siquiera el que les escribe es imprescindible, y ahí ha comenzado la traducción sicodélica de la caida con inercia de Soria en la cuesta hacia abajo. Si encima no cuenta con las simpatías de Rajoy, y el ¡Arriba España! que le mandó a María San Gil no ha gustado nada en la parte más extrema del PP, tenemos que el hasta ahora líder conservador canario está en estos momentos en estado de hibernación política, a ver como se suceden las quisicosas entre Esperanza Aguirre y Mariano Rajoy. Me da a mi, por los datos que me llegan en mi laboratorio político de la plazoleta de Farray, que en lo que queda de verano pueden surgir cosas y quisicosas que podrían poner todavía más en situación delicada a José Manuel Soria, pero de lo que estoy convencido es que en octubre la eclosión será motivo de más de un desayuno político, aparte de los muy escuchados desde el punto de vista periodístico entre Juan García Luján y Carlos Sosa.

Todo se andará, y ya ven que no me he ocupado nada hoy del España-Alemania del domingo por la noche, es que estoy de un españolismo tan subido que a mis lectores les podría salir urticaria.