Espacio de opinión de Canarias Ahora
El SOS de la universidad
Nuestro futuro no será más brillante si funcionan las porras de lava y sal de Ruano, ni si Soria acude al juzgado con mala fe para meter en la cárcel a los que sospechan de su honestidad de forma documentada, tal y como dice la sentencia del penúltimo capítulo judicial que tiene en contra el vicepresidente canario. Tampoco nos irá mejor o peor si en el congreso del PSOE aparece un gallo tapado criado en Vegueta o un pollo asado. Nuestro futuro no está en manos de estos protagonistas de hoy, que están más vistos que el logotipo del Corte Inglés, el futuro de estas islas está en los casi cincuenta mil jóvenes anónimos, en esos estudiantes que el próximo curso se formarán en las universidades canarias, nuestro futuro dependerá de que ellos salgan bien formados y puedan competir frente a los estudiantes europeos. Lo demás es ruido de hoy y hambre de mañana, o, por hablar en bereber, lo demás es leche machanga.
El rector de la universidad de Las Palmas de Gran Canaria lo dijo clarito delante de Paulino Rivero y de su consejera de Educación, Deportes y Universidades de la vida: “ pedirnos la reorganización a coste cero nos cercena la posibilidad de crecimiento y excelencia”. Porque desde Canarias deberíamos de darnos cuenta de que Europa ya no es esa fábrica de subvenciones para enriquecer a promotores de hoteles ilegales, patronales amigas, sindicatos domesticados, familias de políticos y personas piadosas. Europa es un espacio común político y económico. Y Europa también es un espacio profesional y universitario. En el acto de inauguración del curso académico José Regidor puso como ejemplo la universidad danesa de Aarhus, con 34000 alumnos, tiene 8000 profesores y 650 millones de euros de presupuesto. La otra cara es nuestra universidad con 24000 alumnos, 1500 profesores y 120 millones de euros anuales. La diferencia es abismal.
Está claro que no somos Dinamarca, aunque algo también huele a podrido por aquí. Nuestro gobierno no va a invertir en Educación lo que se invierte en los países nórdicos. A lo mejor el presupuesto para las universidades canarias aumentaría si tuviéramos un consejero de Hacienda que visitara los países nórdicos para copiar lo que sus gobiernos hacen con las universidades, en lugar de hacerlo para pescar salmón con un empresario amigo.
El desprecio de este ejecutivo por las universidades va más allá del ataque a la “titulitis” que hizo Paulino Rivero en los primeros meses de su reinado. Las cuentas autonómicas nos dicen más que los cuentos de los mandamases. En el curso 1999-2000 el gasto en Educación en Canarias suponía un 5,6% del PIB, este 2008 el gasto supone un 4,6 % del PIB, cifras que me confirmó la propia consejera de Educación la semana pasada. En 15 años de crecimiento económico bajó el porcentaje de dinero dedicado a la Educación. Por eso no debe extrañarnos que en el último ranking de universidades españolas publicado por El Mundo la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria esté en el puesto 36, y La Laguna está desclasificada porque le da vergüenza dar sus datos al periódico.
Ahora viene época de vacas flacas y el gobierno pide a las universidades canarias que se adapten a Europa a coste cero. El grito del rector José Regidor es un aviso a navegantes, el desprecio a la educación pública nos hipotecará el futuro. Desgraciadamente fue un grito en medio del desierto. Estamos demasiado entretenidos con los personajes cargados de pasado (Saavedra, Spínola, don Pepito, Soria o Paulino) que no tenemos tiempo para preocuparnos por los que serán responsables de nuestro futuro.
Juan GarcÃa Luján
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