Espacio de opinión de Canarias Ahora
Suomen Ilmailumuseo
La invitación estaba motivada, porque, durante la mencionada y apasionante visita, iba a tener la oportunidad de conocer a parte de los responsables del Museo Nacional de Aeropuertos y Transporte Aéreo, situado en la ciudad de Málaga.
Éstos últimos se habían desplazados hasta Finlandia con motivo de un proyecto no menos apasionante. Se trata de la reconversión de un bimotor Convair CV-440 Metropolitan de la compañía finlandesa Kar-Air en un museo. Dicho aparato terminó su singladura aérea en el mencionado aeropuerto de Málaga, el 19 de septiembre del 2001.Tal y como explicaron las personas desplazadas hasta Helsinki, la idea es mostrar a los visitantes cómo era la ciudad de Málaga cuando, el 20 de octubre 1959, la compañía fundada por los hermanos Niilo y Valto Karhumäki decidió abrir una línea comercial entre ambos países.
El avión, reconvertido en una suerte de sala de exposiciones poco convencional, recogería no solamente instantáneas de aquellos años y aquellos primeros pasajeros finlandeses, sino sus maletas y ropas, además de elementos propios de la cultura finlandesa, tales como los conocidísimos libros de la escritora Tove Jansson.
De esta forma, el veterano aparato terminaría por transmutarse en una cápsula del tiempo, la cual serviría para que las nuevas generaciones entendieran la importancia del transporte aéreo comercial, después de la Segunda Guerra Mundial. Asimismo, quienes vivieron todos los cambios que supuso la llegada de extranjeros a la España de la dictadura ?atrincherada hasta ese momento tras sus fronteras-, el Convair Metropolitan los volvería a transportar hasta aquella época.
Lo mejor de todo es que la explicación del proyecto de reconversión del avión de Kar-Air se desarrolló dentro de otro Convair 340/ 440 Metropolitan OH-LRB siendo, éste, de la compañía Finnair. El avión, el cual forma parte del más de medio centenar de aparatos expuestos en el museo finlandés, tiene la particularidad añadida de que era uno de los que cubría la línea entre Helsinki y las islas Canarias, principalmente con el aeropuerto de Las Palmas de Gran Canaria.
Mientras estaba sentado en aquellos sillones, escuchando lo que era volar desde el aeropuerto de Vantaa hasta el archipiélago, un recorrido que podía durar hasta dos días -nada que ver con las seis horas y cuarenta minutos que se tardan en la actualidad- fue como si me sintiera como uno de aquellos pasajeros de los años sesenta.
Sé que mi querencia hacia los aviones y los museos me pueda hacer un tanto “subjetivo”. Cada cual se ilusiona con lo que quiere, sobre todo cuando se trata de invertir el tiempo libre que nuestra moderna vida no deja. No obstante, visitar un museo como el Suomen Ilmailumuseo, el cual se encuentra a pocos metros del aeropuerto internacional de Vantaa, supone una magnífica excusa para aprender sobre la historia del mundo contemporáneo, sea uno finlandés o no.
Además, lo mejor de este tipo de museo, bastantes escasos en nuestra geografía salvo por el Museo del Ejército del Aire -situado en la base aérea de Cuatro Vientos, en la capital de España - o el Museo de Aviones Históricos en Vuelo, dependiente de la Fundación Infante de Orleans, es que escapan del tópico “en los museos solamente hay piedras llenas de polvo”.
Dicho tópico, tan manido como falaz, se da de bruces con la realidad de un recinto en el que el visitante no sale de una sorpresa para encontrarse con otra. No hay que olvidar que, en la actualidad, los pasajeros solamente ven los aviones por dentro. Lo normal es acudir hasta el aparato en “finger” y ya no es habitual bajar por la escalerilla del avión para coger una jardinera que nos lleve hasta la terminal, algo normal hasta no hace tanto tiempo. De ahí que ver de cerca el ya mencionado Convair, un Douglas DC-3, o los restos de un Messerschmitt BF-109-G2 de la Segunda Guerra Mundial, rescatado de las profundidades marinas, en 1999, se convierta en una sorpresa mayúscula para muchos de los visitantes.
Lo cierto es que en nuestro país no se sabe aprovechar el caudal de conocimientos que los museos ofrecen, conocimientos mezclados con el divertimento que supone, tanto para los pequeños como para los mayores, el meterse en un cabina de un caza, ver cómo eran los aviones de pasajeros de antes, o familiarizarse con los acontecimientos que un día marcaron la historia de un país.
Todo esto y mucho más es posible encontrarlo en el Suomen Ilmailumuseo, el cual cuenta con una extensa y completa biblioteca, ideal para descubrir más cosas sobre los aviones expuestos en los hangares que forman las instalaciones del recinto.
En la actualidad, y hasta finales del próximo mes de mayo del año 2011, el museo alberga, además, una exposición titulada Mythical Flight, pensada para toda la familia. En ella es posible encontrar desde el paraguas de Mary Poppins, hasta las sandalias aladas de Hermes, pasando por la Nimbus 2000 de Harry Potter, solamente por citar algunos ejemplos.
La exposición y la propia filosofía del museo, fundado en 1969, no son más que una muestra de un trabajo serio y riguroso cuyo principal cometido es acercar el pasado más reciente a quienes estén dispuestos a desplazarse hasta sus instalaciones. De esta forma, y sin necesidad de tener que soportar lecciones magistrales y textos académicos -muchos de los cuales no son nada agradables de digerir- es mucho más fácil aprender del pasado para evitar cometer los mismos errores en el futuro.
Sólo espero que el proyecto de reconversión del Convair Metropolitan de la compañía Kar-Air, emprendido por los responsables del museo aeronáutico malagueño, así como los planes de expansión del museo finlandés lleguen, ambos, a buen puerto. Al mundo actual le hacen falta muchos más museos y menos instalaciones de otro tipo, y no voy a poner ningún ejemplo que a cada cual se le ocurrirán los suyos.
Y si quieren más información pueden consultar las páginas de ambas instituciones. En el caso del museo malagueño, la dirección de su web es www.aeroplaza.org.
Y si quieren conocer más cosas del museo finlandés pueden consultar la siguiente dirección http://www.ilmailumuseo.fi/index.php?page=home-eng
Quiero agradecer al director del Museo de la Aviación Finlandés, a la responsable de marketing de dicho organismo, a los dos pilotos ya retirados de la compañía aérea Kar-Air y a las personas desplazadas desde el Museo Nacional de Aeropuertos y Transporte Aéreo, las facilidades dadas así como el trato recibido durante el tiempo que duró la visita.
Eduardo Serradilla Sanchis
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