Espacio de opinión de Canarias Ahora
Suomenmestari Cheerleading 2010
Sin embargo, al ser humano le cuesta mucho dejar a un lado los viejos hábitos y relegar la “máquina de etiquetado mental” al baúl de los recuerdos. Ésta es una de las muchas razones por las que, tal día como hoy, se asocia una rubia oxigenada y carente de inteligencia a la imagen de una animadora.
Cierto es que la industria cinematográfica ha usado, hasta la misma extenuación, dicho cliché, potenciando una imagen errónea y que no hace justicia a la realidad que se esconde detrás de un grupo de animadoras. Como suele ser habitual, tampoco es que las personas dediquen mucho tiempo a profundizar sobre temas por los que no suele sentir ninguna empatía. Si ni siquiera lo hace por algo que les interesa, mucho menos lo hará por una imagen tan estereotipada como ésta. Termina por ser más divertido sentarse a ver una película como Bring it on, y reírse con los delirios del coreógrafo que aparece en la película ?el de los dedos espirituales- antes que darse cuenta del trabajo y lo que puede aportar una disciplina como ésta.
Si muchos los hicieran, se darían cuenta de que ser animadora, o cheerleader, no es tan sencillo como se pudiera pensar, además de suponer una tremendo ejercicio físico y mental.
Tiene gracia que desde determinados estamentos y/o asociaciones anden clamando por soluciones que enseñen a los jóvenes que hay otras vías de entretenimiento además de emborracharse todos y cada uno de los fines de semana y fiestas de guardar, como se decía antaño. Formar parte de un grupo de cheerleaders supone una muy buena oportunidad, no solamente en el apartado físico ?hay que ser capaz de realizar ejercicios gimnásticos muy complicados- sino que enseña la importancia del trabajo en equipo, otro de los eslóganes que tan de moda están en nuestro país.
El entrenamiento al que se deben someter, tanto ellas como ellos ?dos de las tres disciplinas son mixtas- está a la misma altura que quien escoja la gimnasia como disciplina deportiva, aunque además se deba añadir una buena dosis de fuerza para poder lanzar y/o sujetar a los miembros que desafían la ley de la gravedad en determinados ejercicios.
Dicho esto, decir que los mencionados pompones son opcionales, no secundarios, pero no son la pieza fundamental en la vida de una animadora. Puede que para los profanos lo sean, pero viendo la musculatura y potencia de los participantes uno llegaba a olvidar que estaba en un campeonato nacional de Cheerleading en vez de en una competición gimnástica.
Los días 6 y 7 de febrero de 2010, se dieron cita los equipos nacionales finlandeses de más prestigio, tanto en categoría senior, junior y mini -las más pequeñitas de la clase- en el estadio Helsinki Ice Hall, de la mencionada ciudad del norte de Europa.
Las tres mencionadas disciplinas son Cheer dance, Cheer all female y Cheer mixed. La primera y la tercera están abiertas a los dos sexos, mientras que la segunda, es sólo para féminas.
Cheer dance es una combinación de danza, gimnasia, trabajo en grupo y movimientos propios del trabajo de “animar” que se le presupone a una animadora. El caso es que lo que prima en este apartado es la coreografía y la coordinación entre los distintos componentes del grupo.
Cheer all female es la única de las tres disciplinas abierta sólo a las féminas y la que más se conoce, por ser la que se suele ver en el cine y la televisión. La disciplina es una combinación de saltos acrobáticos, ejercicios gimnásticos, danza y movimientos pensados para animar, en el más amplio sentido de la palabra, a un determinado equipo. Resulta increíble ver cómo varias animadoras vuelan por los aires, lanzadas por sus compañeras o son elevadas para formar pirámides o estandartes humanos.
La última disciplina y la más espectacular es la denominada Cheer Mixed, en donde los equipos están formados por miembros de los dos sexos. Lo que se logra con ello, además de demostrar que también los chicos pueden ser animadores ?no nos olvidemos que cada vez hay más ligas profesionales femeninas- es potenciar la espectacularidad en lo que concierne a los lanzamientos y en la formación de arriesgadas construcciones humanas. Puede parecer muy sencillo, pero tratar de formar una o varias pirámides humanas, siguiendo un determinado ritmo y con un tiempo determinado, es una tarea que exige, además de preparación, una coordinación de la que pocos pueden presumir. No es de extrañar las caídas y algunos golpes que algunos de los participantes sufrieron durante sus actuaciones, a pesar de la atenta mirada y los desvelos de las personas encargadas para evitar que esto pasara.
La competición se dividió en dos partes. El sábado para los equipos senior y el domingo, para los equipos junior y mini. A priori, se pudiera pensar que el nivel de la competición variaría sustancialmente de un día para otro, dada la edad de los participantes. Sin embargo, la realidad fue bien distinta y las más pequeñas demostraron tener tan buen nivel, o más, que las mayores, si tenemos en cuenta su edad ?había niños que tenían poco más de seis años en los equipos mini- y viéndolas sobre la pista costaba creer que fueran tan pequeños.
Personalmente creo que una de las mayores aportaciones de la competición fue demostrar que el trabajo en equipo es fundamental para lograr un cometido, sin importar la edad, lección ésta que debería aprender nuestro país, dado el exceso de individualismo que parece imperar justo cuando más falta hace que se trabaje por un bien común.
Otro punto digno de destacar es que la competición demostró que una disciplina, como la de ser animadora, es una opción muy válida para que un niño, en vez de estar tirado viendo la tele o perenemente pegado al ordenador, desarrolle sus cualidades físicas, sus dotes atléticas, sociales y el espíritu de grupo. Vamos, que existen más opciones que darle patadas a un balón.
Al final, los ganadores de la competición en la categoría senior fueron Dream Team Dancers ?venidos de la ciudad de Tampere- en la categoría Cheer Dance; Golden Spirit Angels, de la ciudad de Helsinki, en la categoría Cheer all female; y Funky Team Gorillaz, también de la capital del país, en la categoría Cheer mixed.
Las más pequeñas también recibieron premios por su espíritu de equipo, por su puesta en escena y, por supuesto, por su apasionada entrega.
Lo mejor de todo es que no hizo falta que nadie recurriera a los tantas veces mencionados “dedos espirituales” de la película Bring it on para hacernos disfrutar como niños en una tienda de chuches. El verdadero espíritu lo derrocharon los participantes y todos los asistentes fuimos partícipes de ello.
Agradezco a los miembros de la Federación Finlandesa de Cheerleading las atenciones y todas las facilidades aportadas durante la celebración del evento y a Elena Santana Guevara por ayudarme a cubrir los dos días de competición.
Eduardo Seradilla Sanchis
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