Espacio de opinión de Canarias Ahora
¿Qué fue de la T-2... la terminal fantasma de TFS?
Gran escándalo se generó a principio de este año sobre el despropósito de una escondida terminal de pasajeros en el aeropuerto Reina Sofía de Tenerife.
El detonante fue el punto del Orden del Día en el Pleno del Cabildo (24/02/2017), aprobado por unanimidad, donde se exigía al Ministerio de Fomento la inversión estratégica para la construcción de un nuevo edificio terminal, según recoge el DORA (Documento de Regulación Aeroportuaria), dada la insuficiente capacidad de la actual T-1, sus más de 40 años de antigüedad, y el mal estado de conservación por deficiente mantenimiento.
Fue una pifia institucional, con la correspondiente repercusión mediática, porque las autoridades responsables no se habían enterado de que la “nueva terminal” llevaba nueve años construida e inaugurada con gran parafernalia en febrero de 2008. Una suntuosa edificación, adosada y gemela de la T-1, de las mismas dimensiones (21.000 M2), que resolvía la angustiosa congestión de pasajeros en el viejo edificio. Pero al día siguiente de la fiesta inaugural, en contra de cualquier indicio de sentido común o uso de razón, se clausuró a cal y canto la carísima obra, que había rebasado los 30 millones de €, porque al parecer, a alguien se le olvidó dotarla de unas imprescindibles puertas de embarque.
Parece lógico suponer que la solución correcta hubiera sido rectificar el defecto de inmediato; en lugar de echar el cerrojo y esconder el fallo durante una década, con grave perjuicio para un maltratado turismo y para el prestigio que merece esta tierra.
Esta situación anómala se vino denunciando en este foro desde cinco años atrás, en paralelo contra la absurda e inviable pretensión de la dichosa 2ª pista.
Ante la esperpéntica moción del pasado mes de febrero en el Pleno del Cabildo, nos vimos en la necesidad y obligación de divulgar en los medios la realidad de un desconocimiento oficial que podría redundar en un perjuicio todavía mayor que el ya inferido por aparente desidia. A tal fin, se proporcionó el pertinente reportaje gráfico y fotográfico que daba testimonio fehaciente del interior de la edificación denunciada, así como la triunfalista ceremonia de inauguración oficiada por el ilustre Sr. Segura Clavel.
La reacción colectiva fue tan decepcionante para nosotros como bochornosa para los presuntos implicados en el disparate que, como única actitud, todos sin excepción –como suele ser habitual en estos casos– optaron por escurrir el bulto e intentar soltar las propias pulgas al prójimo más cercano: “No. Es que eso no es de mi competencia”. “La culpa es de AENA”. “Estoy molesto, porque convoco a AENA y no me hacen caso” (como si alguien de El Ente tuviese alguna superioridad jerárquica sobre el presidente del Cabildo o el propio de la Comunidad Autónoma).
Pero lo peor y más vergonzoso vino de las reacciones oficiales cuando saltó la realidad con luz y datos. Titulares y declaraciones posparto, cual alucinaciones propias de la salida de una anestesia mal administrada: “Vamos a construir una tercera terminal para unir la T-1 con la T-2” (ambas están adosadas, apenas separadas por una plancha de pladur. No cabe edificación alguna) “Lo mejor será –esta es de los empresarios de la construcción– demoler la T-2, que aunque sin estrenar se ha quedado obsoleta y la hacemos nueva. Luego tiramos la vieja y construimos otra. Y de paso, nos marcamos una 2ª pista aunque no haga ninguna falta”. O las recientes declaraciones del entonces subdelegado del Gobierno, que cargó con la responsabilidad de dirigir la brillante ceremonia de inauguración: “La T-2 se ha estado usando habitualmente cuando se satura la T-1. Tenemos esa suerte. No como en Barajas que hay que ir en guagua de una a otra” (debió sentirse muy ridículo por dejarse engañar en aquella celebración. Pero peor es intentar justificarla con un aserto ficticio… por decirlo suavemente).
En fin; que pasan los meses y no se ha movido nada, ni nadie explica si alguien está haciendo algo para enmendar semejante desaguisado. Todos los avestruces con la cabeza metida en el hoyo del green del 18, con la pretensión de estar bien escondidos.
No es extraño que esté pasando lo mismo con la plaga de las cianobacterias y el gravísimo problema de los masivos e incontrolados vertidos fecales… Así nos va.
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