La unidad de CC y Nueva Canarias

Este domingo decía Antonio Castro Cordobez en Diario de Avisos que veía a Román Rodríguez bastante dispuesto a acercarse a Coalición Canaria. El destronado Francisco Santiago confesaba que su objetivo es buscar la unidad de las fuerzas nacionalistas, Román Rodríguez y Carmelo Ramírez declaraban que si se revisan los pactos en Gran Canaria se quitan los primeros obstáculos para la posible unidad. Nadie en CC ni en NC rechaza públicamente un acuerdo para las próximas elecciones generales.

¿Qué ha pasado para que cambien estos discursos? Los mayores cambios se han dado en Nueva Canarias. Los mismos que en su día se presentaron a las elecciones con el lema “Con el PP ni de coña” y horas después de la cita electoral abrazaron al PP y formaron gobiernos con ellos, ahora hacen lo mismo con Coalición Canaria. Los resultados electorales han demostrado que en Gran Canaria se necesitan. En Tenerife la reflexión es diferente, allí Nueva Canarias no existe, y el espacio nacionalista está bien diferenciado, Sí se puede ocupa un espacio alternativo que tiende a crecer desde la izquierda que no quiso ser la Nueva Canarias de Román Rodríguez.

Coalición Canaria en Tenerife se acaba de dar cuenta de que el PP no es su aliado natural, sino su adversario directo. Ocupan el mismo espacio sociológico, la derecha política, el PP no crecía porque se conformaba con el papel subalterno. El viejo pacto de Mauricio-Soria para debilitar a Coalición en Gran Canaria y al PP en Tenerife falleció el pasado 22 de mayo. Ya Soria no controla el partido en la isla picuda (ni en ningún sitio) y Nueva Canarias ha visto que el liderazgo de Román Rodríguez tiene su techo y la caída de Coalición Canaria en Gran Canaria tuvo su suelo en 2007. Esto de pactar en cada isla con un color político diferente no ha dado ningún resultado.

Por eso volverán. Porque lo que el poder separó el poder lo volverá a unir. Porque aquellas diferencias ideológicas que se proclamaron en la presentación de Nueva Canarias en el Alfredo Kraus sirvieron para poner un vestido progresista a un partido que nació porque Román Rodríguez no fue nombrado vicepresidente del Gobierno. Nueva Canarias tuvo la oportunidad de buscar su propia identidad, de ser algo diferente a un modelo desarrollista y depredador, de liderar una regeneración política. Tenía bases y cuadros para un camino diferente, pero era necesario tener paciencia, estar dispuestos a pasar unos añitos por la oposición, a hacer política sin coches oficiales, a buscar lo mejor de cada casa en las otras islas. Pero no quisieron.

Román Rodríguez y Carmelo Ramírez siguieron haciendo lo mismito que habían hecho Mauricio y Ramírez. Todo eso pasaba mientras Paulino Rivero se quedaba quieto y esperaba en la cocina que regresaran a casa los niños revoltosos. Así que después de varios años dando vueltas por ahí afuera, los veremos de nuevo abrazados. Dirán que es por la patria canaria. Pero siempre hay malpensados que se seguirán preguntando por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo.

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Juan Garcia Luján