Sobre este blog

Espacio de opinión de Canarias Ahora

Si usted fuera Domingo Berriel

Juan García Luján / Juan García Luján

0

Usted también sabe que para cumplir con esa defensa del medio ambiente el Parlamento canario aprobó por unanimidad las llamadas Directrices de Ordenación Turística, que limitan la concesión de licencias para construir plazas alojativas turísticas. Imagínese que un empresario que usted conoce tiene un proyecto para construir 3000 camas nuevas. Imagínese que el jefe del gabinete del presidente lleva 3 meses preguntándole por ese proyecto y diciéndole que hay que sacar el proyecto de ese empresario “como sea”. Imagínese que usted le ha pedido a ese jefe de gabinete que hable con los servicios jurídicos del gobierno para que el informe que realicen no vaya contra los intereses de ese empresario. Imagínese que el empresario le llama directamente a usted y le dice “¿qué hay de lo mío?” Y usted le muestra su preocupación por ese tema. Le dice que las dificultades las están poniendo en otra consejería distinta a la suya “con los informes y con las puñetas” Y usted le dice al empresario “tú sabes que había un informe jurídico ahí, tú sabes como son estos del servicio jurídico público y los técnicos y leches siempre con la ley del embudo”. Usted consejero de Medio Ambiente le traslada al empresario su malestar con esos servicios jurídicos porque se empeñan, los muy jodidos, en hacer informes negativos sobre los proyectos que no respetan las leyes vigentes de protección del medio ambiente.

Imagine querido lector que la policía grabó las conversaciones de ese empresario y las mandó a un juez con un informe donde considera que los que hablan por teléfono pueden haber cometido algunos delitos graves. El juez coincide con los investigadores y tras ver los informes policiales que incluye esas llamadas y otros datos decide detener al empresario e imputarle varios delitos, pero se da cuenta que usted como consejero tiene una situación especial, usted está aforado y por eso remite el informe policial a un tribunal especial. Y en medio de esa desgracia usted tiene un golpe de suerte. En sólo cuatro días una jueza que estudia el informe redacta un auto donde señala que en esas conversaciones “no hay indicios de que las autoridades referidas hayan influido, instigado o sugerido a cualquier otra autoridad o funcionario para que resuelvan el expediente que afecta a Santana Cazorla en el sentido por éste pretendido ni en ningún otro”. Osea que cuando usted le ha dicho al empresario “no te preocupes estamos en ello”, y cuando el presidente del gobierno dice que se calentó porque no salía el expediente del empresario y dice a los técnicos: “quiero eso en la comisión de mañana?se las arreglan, escríbanlo en diez horas, mañana tarde y noche”, eso para la jueza no es interceder a favor del empresario.

Pero unos meses después vuelve la mala suerte y esas conversaciones son publicadas por algunos medios de comunicación. Usted puede reaccionar de dos formas: a lo mejor piensa que esas conversaciones demuestran que ha sido un buen consejero, que ha defendido los intereses generales sobre los particulares, que usted ha cumplido su promesa de respetar y hacer respetar las leyes. Entonces usted seguramente estará orgulloso y llamará a los dos periódicos y la radio que publicaron las conversaciones para darles las gracias porque la gente comprueba su honestidad al leer las conversaciones y su nombre queda limpio frente a las insidias publicadas hace meses por varios periódicos conspiradores. Pero usted puede pensar lo contrario: puede considerar que ha sido pillado, que le han trincado. Que la gente está asombrada de que un consejero de Medio Ambiente que repite cargo en esta legislatura no ha tenido tiempo de reunirse con la Federación Ecologista Ben Magec que representa a la mayoría de los colectivos que defienden el medio ambiente y sin embargo ese consejero se ha molestado en llamar a un empresario para quedar con él y contarle los esfuerzos de su gobierno para adaptar los informes técnicos de los servicios jurídicos públicos a los intereses empresariales privados y no viceversa . Entonces usted se enfada por la difusión de esas conversaciones y anuncia que presentará querellas por la difusión de esas conversaciones. Pero esta segunda reacción, querido lector o lectora yo estoy convencido que usted no la tendrá. Usted no es Domingo Berriel.

Juan García Luján

Sobre este blog

Espacio de opinión de Canarias Ahora

Etiquetas
stats