Zaplana hizo el COU en Canarias

“Estos son mis principios, pero si no le gustan, tengo otros”. No es una frase de Zaplana sino de Groucho Marx y con ella empieza esta biografía de 300 páginas. Lástima que estemos en un país que desprecia la lectura ?y ya ven las trabas que se le ponen a los que intentan fomentarla incluso gratuitamente- porque si este libro gozara de interés mediático masivo, mucho me temo que las cosas empezarían a cambiar. Y no sólo en el PP, pues el periodista que lo ha escrito tampoco deja títere con cabeza con la “amistad peligrosa” que supone la forma de hacer política que tiene Zaplana, citando incluso un nombre propio socialista: José Bono.

La sucesión de abusos que jalonan la carrera política de Zaplana desde que le sorprendieron en el caso Naseiro son tan alucinantes que no es difícil vaticinar el final que tendrá tan meteórico prócer y porqué lo quiere esconder Rajoy en esta campaña electoral. Grimaldos desmiente que Zaplana fuera el autor de la frase “estoy en política para forrarme”, como cree todo el mundo desde que estalló aquella oscura trama de financiación ilegal del PP. La declaración de principios la hizo su colaborador, Vicente Sanz, pues las cintas grabadas y descartadas por el Tribunal Supremo ?y que el libro reproduce en su integridad- precisan que Zaplana sólo dijo: “le pides dos millones de pelas o tres, y de lo que te dé, me das la mitad bajo mano”. Algo parecido a lo del “kilillo” del marqués, pero con menos estilo y empaque. Todavía hay clases y la aristocracia política en esto es más fina (y más avariciosa). Federico Utrera