El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Los 200.000 euros de Vidina Espino
Catorce minutos y cuatro segundos. Eso fue exactamente lo que duró la rueda de prensa que este miércoles ofreció en el Parlamento de Canarias la diputada tránsfuga Vidina Espino. Justo el tiempo que le llevó leerse las cuartillas que le habían escrito y en contestar a una pregunta que le formuló un periodista. Se trataba de escenificar que ella es la más genuina guardiana de los dineros que reparte la Cámara autonómica entre los grupos parlamentarios y aparentar de ese modo que no se queda apalancada en el Grupo Mixto para tener acceso a la mitad de los fondos que le corresponden, más de 300.000 euros cada año.
Para ello no tuvo mejor ocurrencia que lanzarse a ofrecer una donación de 200.000 euros de la cuenta del Grupo Mixto para los damnificados de La Palma. Una cuenta en la que su firma aparece mancomunada con la del otro diputado de ese grupo, Ricardo Fernández de la Puente, que se mantiene bajo la disciplina de Ciudadanos, el partido por el que se presentó y que Espino abandonó el pasado mes de julio sin devolver el acta que consiguió gracias a él. ¿Consultó Vidina Espino con su compañero de grupo y ex correligionario? Pues no. No lo hizo antes de la rueda de prensa ni se lo comunicó después, antes de que Fernádez de la Puente se enterara por los medios informativos.
“Supongo que mi compañero estará de acuerdo”, se atrevió a largar en la rueda de prensa, como si sus ocurrencias tuvieran que ser celebradas por todo el mundo sin discusión.
Le salió el tiro por la culata porque lo que hizo inmediatamente el otro diputado del Mixto fue dirigirse a la Mesa de la Cámara a evacuar una consulta que dio como resultado una respuesta contundente: las partidas que se transfieren a los grupos parlamentarios tienen un destino finalista (gastos de funcionamiento, contratación de bienes o servicios, personal asesor…) y ni un donativo. Es cierto que Espino trató de salvaguardarse diciendo que el trámite habría de ser devolver primero el dinero a las arcas del Parlamento para luego este tomar la decisión de destinarlo a esa donación. Pero ni así.
La reacción de los demás grupos parlamentarios, incluido el de Coalición Canaria, partido en el que tiene puestos los ojos Vidina Espino, no se hizo esperar. Todos presentaron este jueves un escrito poniendo el grito en el cielo por lo que pudo suponer para ellos de lavado de cara la postura de la diputada tránsfuga, que vino a decir en su comparecencia que se gasta mucho dinero en el funcionamiento de los grupos parlamentarios. Un debate diabólico que habría de terminar necesariamente en el análisis de su sueldo y de sus dietas por asistencia a comisiones.
Pero la tránsfuga que reparte certificados de honorabilidad y de pureza política fue mucho más allá en su rueda de prensa de catorce minutos y cuatro segundos. Llegó a amenazar con querellas por prevaricación a todos los miembros de la Mesa (menos a Rosa Dávila, se entiende) por haber solicitado un dictamen al Consejo Consultivo sobre la excepcionalidad que contempla el reglamento de la Cámara respecto a los tránsfugas del Grupo Mixto, es decir, su caso.
Resulta conmovedor que sea ella precisamente la que vaya haciendo calificaciones preventivas de delitos cuando, puestos en su misma posición y aplicando las mismas amenazas que ella lanzó, este miércoles casi sale con la de malversación de fondos públicos por querer disponer de unos dineros para fines distintos a los que fueron presupuestados.
De sus furibundos ataques a Román Rodríguez por su transfuguismo desde Coalición Canaria a Nueva Canarias en 2007, expuso datos que parecían salidos de la tesis doctoral sobre el nacionalismo canario firmada por el experto Francisco Pomares. Gran periodista pero muy mal político y peor asesor. Nefasto como imputado.
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