Les acercamos nuevos datos sobre los reiterados incidentes entre la Guardia Civil de Vecindario y el club de fútbol representativo de esa localidad. Les decíamos este viernes que el responsable de marketing había sido objeto de una extraña persecución consistente en levantarle actas de infracción a la ley antiviolencia cuando ni acude al estadio como hoolligang ni lo hace a otra cosa que no sea trabajar. Ya sabemos que a la primera propuesta de sanción no respondió, que delegó en una empleada suya los trámites referidos al expediente, lo que significa que no se incurrió en indefensión. De ahí que se haya convertido en firme la primera sanción, de 6.000 euros y cinco meses de prohibición para acudir a estadios de deportes. Esa sanción se convertirá ahora en 60.000 euros si Roberto Gutiérrez no hace algo por demostrar lo que sostiene: que el comandante de puesto de la Guardia Civil ha actuado de modo desviado de su tarea y como respuesta personal a una situación que no le gustó. De momento, Gutiérrez no podrá acceder al estadio en el que trabaja este fin de semana.