Dicen las malas lenguas que Águeda Montelongo va a pasar un final de mandato más que ajetreado, un anticipo de lo que le espera tras las elecciones locales de 2011 si su partido, el PP de Fuerteventura, no obtiene unos resultados mínimamente dignos. De momento, a veces a gritos y otras veces derrapando en todas las curvas, la delegada de Soria en la Maxorata va ofreciendo una de cal y otra de arena, como quedó de manifiesto este viernes en el pleno del Cabildo de la isla. Se prevía caliente por la moción contra el transfuguismo que presentaba ella misma con el apoyo anunciado del PSOE de Blas Acosa, otra buena pieza de la política majorera. La moción sólo pretendía colocar contra las cuerdas, con un dedo en un ojo, al vicepresidente de la Corporación, Guillermo Concepción, expulsado expeditivamente del PP y del grupo pepero del Cabildo con la sola palabra de Montelongo (sigue sin haber noticias del Comité Regional de Derechos y Garantías). Tras la moción, Concepción pasó este mismo viernes al grupo de no adscritos, no sin antes hacerle una simpática pirula a su Águeda: dijo en el pleno que apoyaba la moción porque no se sentía aludido, y mucho menos después de que CC la enmendara introduciendo ciertos datos que dejan formalmente con el culo al aire a varios concejales que sí entran en la calificación de tránsfugas y apoyan al PP en sus pueblos.