Fuentes del comité de empresa de El Día han asegurado que el inicio del expediente contradictorio contra la secretaria de ese órgano de representación no ha podido empezar de manera más fallida. Porque ha partido de un error de base: no fue la periodista expedientada la que editó la rectificación exigida por el Diputado del Común de la información que hablaba del archivo de miles de quejas por fallos en la nueva aplicación informática. Don José, efectivamente, firmó la apertura de un expediente en el que se acusaba a Dori Merino de mala praxis profesional y falta grave al haber introducido apostillas a la rectificación (la palabra sic) y por haber obviado un párrafo nimio del texto remitido por Alcaide. Pero resulta que ella no tocó esa pieza, lo que ha conducido a la dirección de la empresa a buscar otros culpables que, a mayor abundamiento, ni siquiera están en el comité de empresa. Por lo tanto, no se sorprendan si se enteran de que se llevan por delante a algún redactor jefe que pasaba por allí, que en la avenida de Buenos Aires tienen las escopetas cargadas y disparan al primero que se mueva. Y ya buscarán los killer otro motivo para expedientar a alguien del comité porque esa es la consigna por la que clama ahora don Pepito estos días en sus editoriales.