Resulta sorprendente el poco tiempo que hemos tenido que esperar para ver cómo Víctor Rodríguez Gago quedaba desenmascarado públicamente con la única ayuda de sí mismo. Ha bastado uno más de sus errores técnicos y la colosal equivocación de los fanáticos de la ultraderecha que, tratando de apoyarle, son capaces incluso de perdonarle pecados capitales en esto del periodismo. Porque metido en ese papel de víctima de la represión del partido que tanto ha defendido en los últimos años, hasta ha sido capaz de divulgar una sentencia contraria a Soria en el pleito que el presidente del PP canario interpuso contra el director de CANARIAS AHORA. Gago parece ahora encantado de que el que fuera su señorito, el jefe de la secta que le llevó a perseguir periodistas, pierda pleitos por cuestiones de libertad de expresión. Es una suerte recordar que fue Gago y no el lucerito del alba quien ejerció de ideólogo de aquel panfleto hecho desde el Cabildo grancanario que se llamaba Off Canarias.