Tampoco ha sido ejemplar la Comunidad Autónoma Canaria en el uso del aire acondicionado, porque en este borrador se confirma lo que ya teníamos detectado en muchos edificios: que el aire acondicionado está centralizado y que cuando uno tiene calor, se enciende la climatización para toda la humanidad. De ahí que ahora se recomiende la instalación de interruptores para el apagado individualizado o el empleo de toldos o persianas que impidan que el sol caliente los despachos más de la cuenta. Fabuloso. De aplicarse estas propuestas, los aparatos de aire acondicionado en las dependencias de la Comunidad Autónoma sólo podrán encenderse de junio a octubre, lo que obligará a mejorar la ventilación de casi todos los inmuebles, cuando no la apertura y cierre de ventanas. También el agua corriente será objeto de medidas de recorte introduciendo esos grandes inventos hasta ahora ignorados por la Administración canaria del grifo monomando, la válvula reguladora de caudal y el pulsador de doble descarga de cisternas. En el agua embotellada apreciamos cierto brindis al sol porque se propone no comprarla en aquellos centros de trabajo que tengan agua corriente apta para el consumo humano. Ya nos dirán dónde para mandar a un reportero.