Aunque les parezca increíble, la nota razonable la aportó Rita Martín: “Vamos a ver, ¿con qué nombre se mandaron a publicar los presupuestos del Consorcio?”, cuestionó la presidenta de turno. La respuesta del gerente en funciones, José Fernández, no dejó lugar a dudas: con el nombre legal, ese larguísimo que nadie conoce, ni siquiera la alcaldesa del Sur. “¿Pues entonces?”, enfatizó Rita. Pero este no fue el único bochorno que provocó la alcaldesa Torres. Ya al principio había intentado invertir el orden del día para que se abordara primero la aceptación de la dimisión del gerente José Fernández, cosa imposible desde el punto de vista legal porque hubiera supuesto que la Junta Rectora no tuviera secretario que levantara acta, atribución que corresponde al gerente que la alcaldesa se empeñó en cepillarse por la vía de en medio por un capricho político que algún día estaremos en condiciones de explicarles con pelos y señales. Pero aún habiendo hecho lo que hizo, la alcaldesa del Sur se permitió el cinismo de elogiar el trabajo de Fernández después de que éste se largara un discurso contundente en defensa de su gestión, frívolamente cuestionada por Mari Pino Torres. Lo hizo para no quedarse sola porque el resto de instituciones se deshizo en elogios de este ingeniero, un profesional como la copa de un pino que el Consorcio del Sur se pierde por estas alcaldadas absolutamente injustificables.