Los escritos de acusación del fiscal y de la representación letrada de Santiago Pérez contienen tan numerosa y malsonante sarta de insultos que ni el más diestro de los rapsodas de la carrera judicial sería capaz de meterlos en la vereda lírica. Al fiscal han llamado la atención, por ejemplo, el uso reiterado de epítetos como “hez de la política”, “marxista, leninista, fascista, volchevique”, o expresiones como que en el Parlamento de Canarias “anidan parlamentarios como Santiago Pérez que habría que fusilar políticamente”. A la acusación particular le parecen especialmente graves invocaciones a la violencia y al linchamiento como “ya se encargará la independencia de Canarias de eliminar esa mala semilla”; “la hez de la política canaria”; diputado que es “morralla, chatarra”... que de haber vivido “en tiempos de Versalles, hubiera sido guillotinado o, como mal menor, apedreado en público”. Por no hacer mención a la reiteración con la que el que en 1989 Chaves llamara don Pepito hablaba de los supuestos intentos de Pérez por “volchevizar a la sociedad canaria y reabrir las checas de infausto recuerdo”. Aquella campaña de El Día contra Santiago Pérez provocó incluso que la casa del político en La Laguna sufriera al menos dos atentados en forma de rotura de lunas y botes de pintura roja. Nuestra compañera Belén Molina cubrirá este martes este juicio para ofrecerlo a los lectores de CANARIAS AHORA.