Por la boca muere el pez, y nunca mejor traído, ustedes perdonen la petulancia. Pero si la memoria no nos falla fue Rita Barberá, alcaldesa de Valencia y peso pesado del PP nacional, quien dijo hace muy pocas semanas que los trajes regalados a su compañero y amigo Paco Camps revisten menos gravedad política (y seguramente judicial) que las anchoas que el presidente de Cantabria regala al presidente Zapatero. Metía la pata doña Rita por partida doble: primero, dando por bueno lo que Camps jamás ha dado por bueno, esto es, que recibió regalos, en este caso de la trama Gürtel, y segundo, que sabiendo que ella ha recibido regalos de bolsos de Louis Vuitton, la anchoa se convierte en boquerón o más bien en rape o merluza de pincho, lo que en aplicación de su misma doctrina, agrava el valor de lo regalado y lo convierte en mayor escándalo. Puestos a calcular y metidos a evaluar la cuestión pesquera en plan gourmet, valoremos el coste del regalo que recibió su también compañero José Manuel Soria cuando fue de concierto y a la pesca del salmón. A ver qué nos sale.