Era imposible comprender lo que decían los extractos bancarios y hacerlos conciliar con lo que explicaban los funcionarios del Patronato Francisco Franco y del propio Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Por eso se encargó una auditoría que se tornó imposible: hasta tres auditores que concursaron a la convocatoria municipal se echaron a correr cuando supieron que lo que tenían que fiscalizar no tenía un mísero apunte contable. Un arduo trabajo de un año de duración, sin auditoría, durante el cual se ha requerido la versión de dos personas que tenían responsabilidades directas sobre la gestión del patronato (Yolanda Ventura y Dolores López), han terminado en la fiscalía. La antigua directora de gobierno, Yolanda Ventura, ha alegado que ella pedía explicaciones y nadie se las daba. Y Lola López, actual secretaria general de la patronal de la construcción, a la sazón jefa de sección, dice que ella no tenía firma.