Según don José Rodríguez, “si esta maniobra llegara a consumarse en los términos que señalamos, posiblemente desaparecería la Caja General de Ahorros de Canarias, es decir, CajaCanarias, la Caja de Tenerife, porque los impositores retirarían sus fondos antes de permitir que los manejase a su antojo la avaricia canariona. Confiamos en la inteligencia y en el patriotismo del presidente de CajaCanarias, Álvaro Arvelo, que también le ha visto las orejas al lobo y coincide con nosotros en que esto será así”. Porque para el editor tinerfeño, lo importante es que “los recursos que CajaCanarias destina a diversos fines, entre ellos su importante Obra Social, se invertirían mayoritariamente en la tercera isla siguiendo las directrices políticas de los partidos estatales que tienen su sede en Las Palmas, y posiblemente con la anuencia del paraestatal CC, que una vez más permanecería en silencio para no enfadar a los canariones pese a que allí ya no tiene nada que rascar. Los dirigentes políticos canariones actúan de forma sibilina. Mueven los hilos por detrás, tocan los resortes adecuados y al final se quedan con todo. Podemos decir que son más influyentes y más manilargos”. ¿Hablará sobre Soria sin citarlo expresamente?